Esta semana Jack Dorsey, CEO de Twitter, anunció que la empresa ha decidido no permitir la publicidad política, lo anterior bajo el argumento de que el alcance de los mensajes políticos debe ganarse y no comprarse.

Con esta decisión se sienta un precedente en el contexto de las redes sociales, las cuales han sido muy cuestionadas por los gobiernos de distintos países a raíz de la supuesta intromisión rusa en las elecciones de Estados Unidos o la influencia externa que hubo en Reino Unido para votar su salida de la Comunidad Europea, solo por mencionar algunos casos.

Por su parte Mark Zuckerberg, dueño y creador de Facebook, ha mencionado que él difiere de la decisión que ha tomado Twitter ya que él menciona que la publicidad política le permite dar voz a candidatos pequeños o locales, así como a grupos políticos minoritarios.

A este comentario, algunos de sus propios empleados han expresado que los grandes políticos o quienes cuentan con muchos recursos financieros, opacan de inmediato cualquier esfuerzo de un pequeño. La realidad es que, desde el punto de vista del negocio para Facebook, el propio Zuckerberg reconoce que los anuncios políticos únicamente representan el .5 por ciento de sus ingresos por lo que la discusión de este tema no se centra en lo económico.
Por esta última razón y viendo como Facebook se la ha pasado el último año defendiéndose en tribunales por los escándalos de la información, no dudo que le hagan segunda a Twitter y retiren los mensajes publicitarios que tienen que ver con política.

En nuestro país hemos sido testigos de como a través de las redes sociales se ha manipulado la información y hemos visto las grandes inversiones en campañas políticas, y más tardó el INE en poner reglas que los mercadólogos y publicistas en ver cómo no caer en los supuestos para que no sean consideradas ciertas estrategias como actos anticipados de campaña o gastos que impacten en el techo presupuestal asignado.
La realidad es que se está invirtiendo muchísimo dinero en las estrategias de redes sociales y si no, analicen Twitter como se mueve cuando el gobierno no quiera que sea un trending topic y comienzan a subir otros temas. Todo esto lleva igual un costo y hay detrás de estas estrategias muchas personas, incluso en otros países que son los que hacen que se suba un tema u otro.

Será muy interesante ver que ya no puedan anunciarse las campañas políticas y no estaría mal que, bajo el principio de que el alcance de los políticos se lo tienen que ganar de manera orgánica, también se cancelaran los anuncios de los informes de los gobiernos para que realmente la ciudadanía sea la que, según sus experiencias y lo que esta viendo, comparta o no si es que se abrió un nuevo hospital o si lo atendieron bien.

Veamos qué sucede en próximas fechas y si Facebook cambia su postura, sobre todo que están en pleno proceso electoral nuestros vecinos del norte. Lo que pase allá será el precedente de lo que pueda suceder acá en este tema en particular en las próximas elecciones federales. Por lo pronto, adiós a Twitter en las campañas políticas.