En diciembre de 2015, Klaus Shwab escribió que nos encontramos ante una nueva revolución industrial. La primera fue impulsada por el uso del agua y el vapor para mover máquinas. Posteriormente surgió la segunda, que utilizaba la energía eléctrica para producir de manera masiva. La tercera se caracterizó por el uso de electrónicos y tecnología de la información para automatizar procesos. Shwab describe que hoy en día estamos ya inmersos en lo que se ha denominado la cuarta revolución industrial, que consiste en la fusión de tecnologías entre temas digitales y biológicos. La conectividad con la que contamos actualmente, la posibilidad de almacenar datos y procesarlos, así como el fácil acceso al conocimiento están provocando cambios muy rápidos en cómo se fabrica y se produce, al igual que en la prestación de servicios. Cada día vemos más ejemplos en cómo el internet sigue avanzando y con ello la posibilidad de hacer miles de cosas. Tecnologías como la de realidad virtual que en un principio se veían inaccesibles hoy comienzan a utilizarse en varios ámbitos y no únicamente en los videojuegos. Ejemplos de esta transformación los estamos viviendo a diario; telemedicina, clases a distancia con maestros que son vistos como hologramas, uso de robots en fábricas, impresión en 3D, prótesis robotizadas, uso de apps para: encender luces, abrir la casa, comprar en línea, ver a dónde va el camión de la escuela, cocinar, tomar cursos, realizar operaciones bancarias; un sin fin de avances tecnológicos que están modificando nuestro consumo y la manera de hacer las cosas. Todos estos avances y cambios están modificando a su vez la fuerza laboral. Un reciente artículo del World Economic Forum menciona que en algunos países el 57% de todos los trabajos están en riesgo de ser automatizados en los próximos cinco años, el caso extremo será Singapur, en donde se prevé que esto suceda en tres años. El caso más visible en donde podemos percibir la sustitución de la mano de obra es en las plantas automotrices, en donde ya se ven naves llenas de robots y prácticamente sin humanos. Otro ejemplo es el de los bancos: ¿Cuántas veces han ido al banco en la última semana? Ya puedes hacer casi todas las operaciones desde un teléfono o computadora. Conforme avancen los años las instituciones financieras tendrán mucho menos personal en ventanillas. Esta semana leía que en Nueva York ya se podrán comprar conos de helado suave en una máquina dispensadora de helados. Estamos ante un gran reto, todos los gobiernos hablan de generar empleos, pero no es tan sencillo ni se puede lograr de un año a otro, se tiene que pensar a largo plazo. China está a la vanguardia en este sentido, ellos ya se dieron cuenta que deberán de generar trabajos en otras áreas diferentes a la manufactura y de ahí que crearán la estrategia de Made in China 2025, en la cual se han propuesto ser los líderes en tecnología para ser mas eficientes en su productividad, para lograrlo están invirtiendo un mayor presupuesto en investigación y desarrollo. Al darse cuenta de esto, Estados Unidos también invertirá en los próximos años mayores recursos en ciencia y tecnología para no quedarse atrás. ¿Qué pasará en nuestro país? Estamos ante un cambio de gobierno y se habla del aeropuerto, del tren maya, de modificar la reforma educativa, de hacer una reforma fiscal, todos proyectos por demás interesantes. ¿Cuál será la agenda en investigación y desarrollo? ¿Será prioridad la ciencia y tecnología? Esperemos que sí, que se le inviertan más recursos a este rubro y que se haga una planeación a largo plazo, estamos ante la disyuntiva de seguir avanzando o de estancarnos, de generar otro tipo de empleos o ir prescindiendo de la fuerza laboral.