AMLO alcanzó la apoteosis
 
Hace (69) meses
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En la historia universal contemporánea pocos hombres han conquistado la apoteosis, entre otros. Mahatma Gandhi, en la India. En México, durante un siglo, sólo dos políticos; uno, el general Lázaro Cárdenas quien, en 1938, al decretar la expropiación petrolera convocó al pueblo para pagar la deuda y grandes multitudes se volcaron en las calles llevando sus “tesoros” para entregarlos al presidente de la república.
Andrés Manuel López Obrador, al obtener triunfo arrollador en las elecciones presidenciales de este domingo logró reunir, sin querer, a miles de alborozados espontáneos, en distintos puntos de la ciudad de México. La apoteosis de los capitalinos fue captada en las imágenes difundidas en México y en el extranjero.
El aplastante resultado de los comicios del 1 de julio trastrocó los juicios de los seguidores del priista José Antonio Meade y del panista Ricardo Anaya, quienes quedaron con los ojos cuadrados: AMLO los superó con más de dos a uno: 53 por ciento de los votos contra 16 y 22 por ciento, respectivamente. El Bronco apenas consiguió 5.1 por ciento.
Esos resultados dan pie para aplicar viejas frases y sabios refranes a cientos de miles de individuos, parásitos que viven de la política pertenecientes al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a otros de cinco partidos a quienes la marabunta guinda, la ola morena les atizó la revolcada del siglo.
¡Quihubo!, ¿cómo les quedó el ojo?: ¡más moreno que morado!
24 millones de mexicanos no pueden estar equivocados.
“Palo dado ni Dios lo quita”.
“Querer echar manchicuepas en casa del maromero”.
Aludiendo a los políticos chapulines que encontraron refugio en Morena: “Unos viven a la pena y otros de la pepena”.
López Obrador diría: “Yo no vengo a ver si puedo, sino por que puedo vengo”, “Ya me amarán cuando quieran, al cabo ni me urge tanto”.
Dedicado al PRI. “No que no tronabas, pistolita”.
Hecho para Morena: “Con muchas gotas de cera se forma un cirio pascual”.
Otros alusivos a AMLO y Morena: “Para grandes males, grandes remedios” “llegando y haciendo lumbre”; “No es mal sastre el que conoce el paño”; “A darle que es mole de olla”; “´ora lo verás huarache, ya apareció tu correa”; “Ahora sí que los de abajo cagaron a los de arriba”; “´ora sí violín de rancho, ya te agarró un profesor”.
Y más adagios para el patricio de la marabunta guinda: “Como la pinten le brinco y al son que me toquen bailo”; “Hay veces que un ocotito levanta una quemazón”; “El que es buen pato hasta en el aire nada”; “La vela se le enciende al santo que lo merece”; “Y aunque te chille el cochino no le aflojes el mecate”.
Otros refranes les quedan como anillo al dedo a Nueva Alianza, Panal, Verde Ecologista, PRD, Movimiento Ciudadano, Encuentro Social, partidos que no alcanzaron ni siquiera uno por ciento en la votación: “Anda, que te ribeteen, que te andas deshilachando”; “Darle al perico una sopa de su propio chocolate”;” Échate ese trompo a´luña mientras que te bailo el otro”; “Hemos visto “cair” iglesias cuantimás ese jacal”.

FALLECIó JESúS BERMÚDEZ

El distinguido fotógrafo Jesús Bermúdez Villegas falleció este martes al mediodía. De larga trayectoria profesional, obtuvo reconocimientos por su trabajo desempeñado desde la década de 1960 en el semanario La Voz de Hidalgo y el diario El Sol de Hidalgo. En 1986 la Unión de Periodistas Democráticos le confirió el premio Manuel Buendía Téllezgirón.
Don Jesús, muy estimado por su gran don de gentes, deja envidiable legado en decenas de miles de negativos fotográficos que plasman la historia de varios regímenes gubernamentales del estado de Hidalgo a partir del sexenio del general Alfonso Corona del Rosal —1957-1963—.
Muchos hidalguenses tuvimos la fortuna de conocer el carácter jovial de Jesús Bermúdez, de inigualable carisma, que supo sortear los escollos que le interpuso la vida.
Falleció a la edad de 84 años, pero 24 años atrás, cuando contaba 60, sufrió amagos de quebranto cardiaco. Con optimismo, decía:
“Los médicos me alientan porque la esperanza de vida en México es de 67 años; todavía me faltan siete, así es que hay que gozarla mientras se pueda”.
Hace diez años, Jesús fue sometido a una operación del corazón. La soportó y siguió trabajando con ciertas disciplinas. Un derrame cerebral lo postró estos últimos meses. Sufrió, sin duda alguna. Ya descansa. Logró escapar de la vida. En el más allá el dolor no existe.
Se acabó la sonrisa campechana del rostro de nuestro querido amigo Jesús. Quedan sus cenizas y el recuerdo imborrable de su sincera amistad.

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