· 
Hace (74) meses
La corrupción ¿tendrá su “coco”?
Compartir:

Estamos en la antesala del advenimiento y la emancipación del mesías mexicano del tercer milenio.

Las metas varias del redentor de la Chontalpa que podría ostentar la banda presidencial con el águila imperial, incluyen abatir la pobreza, crear empleos; acabar con el narcotráfico; mejorar la educación y aniquilar a los corruptos.

La corrupción que ha sentado sus reales en distintas épocas de la vida independiente de México, recrudecida en los últimos 80 años, con el priísmo hecho gobierno y continuado con el panismo de alternancia, no tiene para cuando acabar.

La corrupción sigue campante. Una muestra: cómo creer en la honradez de policías municipales y estatales que perciben sueldos de hambre y son cooptados fácilmente por el crimen organizado en muchos estados de la República.

Resulta difícil aceptar que los bien pagados agentes federales, desde los que “cuidan” carreteras hasta los que se encapuchan para combatir a los sicarios, sean presa de los tentáculos del hampa.
Es resbaladizo imaginar que funcionarios de distintos niveles de gobierno, con envidiables salarios, sean parte de los planes de fugas de reos y asesinatos en masa como ha sucedido en reclusorios de varios estados del país.

La corrupción tiene tamaño sin dimensiones, incluye diversos estratos de la sociedad, adheridos a la cual figuraban, figuran y seguirán figurando secretarios de estado; subsecretarios, directores generales, coordinadores, toda una gama de personas involucradas en labores de inteligencia y operaciones, que envuelve a las llamadas infanterías, servidores públicos de mediano y último rango.

Aun cuando en este sexenio han sido denunciados exgobernadores de varios estados y encarcelados, sujetos a proceso, entre ellos Javier Duarte, de Veracruz, quien tuvo a su cargo la caja chica durante la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, todavía no funciona el Sistema Nacional Anticorrupción (Sina).

EL SINA, ¿UNA ESPERANZA?

Transcurrieron cinco años para que aprobaran los diputados y senadores el llamado Sistema Nacional Anticorrupción (Sina), pero han dejado pasar meses y meses sin designar al fiscal que deberá consignar ante los jueces a funcionarios que hayan incurrido e incurran en delitos.

Antes de que termine este año, deberá aparecer un decapitador, siempre y cuando el Senado de la República designe al fiscal anticorrupción y, además, las elecciones favorezcan al futuro emancipador de México, al gran inquisidor del tercer milenio, Andrés Manuel López Obrador, quien ha jurado “meter en la cárcel a todos los corruptos”.

A sólo cinco meses de que se realicen los comicios para elegir presidente de la República, el padre de Morena, López Obrador es favorito.

De resultar electo el invocador de Morena, sólo la santísima trinidad podría amparar al expresidente Enrique Peña Nieto y algunos socios, que están en la mira del vengador de la Chontalpa.

¿ALCANZARÁN LAS CÁRCELES?

En México funcionan 447 cárceles con disponibilidad de 163 mil 867 espacios, pero con sobrepoblación de más de 50 mil individuos.

De las 447 prisiones, seis son federales; diez del gobierno del Distrito Federal; 336 controladas por los gobiernos estatales, y 95 por los municipales.

En esos centros de reclusión hay 29 mil 723 custodios, quienes obtienen mensualidades similares o inferiores a los policías preventivos: tres o cuatro mil pesos. Solamente los guardias federales ganan 11 mil 500 pesos cada mes. Aun así, hay guardias corruptos.

LOS ANTIGUOS FRENOS

La corrupción en otras épocas, recordamos como freno el lema de la renovación moral del presidente Miguel de la Madrid (1982-1988), quien encerró a Eugenio Méndez Docurro, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y a Jorge Díaz Serrano, director de Pemex, quien siendo senador fue desaforado.

Compartir:
Etiquetas:
Relacionados
title
Hace 46 minutos
title
Hace 2 horas
title
Hace 2 horas

© Copyright 2023, Derechos reservados | Grupo Criterio | Política de privacidad