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Hace (69) meses
La importancia de los valores en el liderazgo
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“ Nada pone a prueba la habilidad de un hombre para liderar a otros como su actuar día a día para liderarse así mismo”, Thomas J. Watson. La palabra líder proviene del latín lis-litis, nominativo genitivo latinos, respectivamente. Quiere decir disputa, querella o proceso. Según su etimología, el líder es quien inicia o se encuentra inmerso en una querella, disputa o proceso. El líder es alguien con una postura activa de disputa mediante la cual quiere cambiar algo de su entorno inmediato. Es oportuno exponer también cuál es el origen de la palabra disputa, y encontramos dos partículas latinas: dis, que signifi ca separar o separadamente, y puto o putare , verbo latino que signifi ca poder o limpiar. De esta manera, una disputa es un proceso mediante el cual se separa o distinguen elementos de algo, para limpiarlos o podarlos, para remover sus partes malas y nocivas. Si tomamos en consideración estos antecedentes y hacemos una analogía de la palabra liderazgo, el líder será, entonces, quien tendrá la claridad para separar el elemento nocivo que impide el crecimiento. El termino querella, también se encuentra relacionada coherentemente con la signifi cación que venimos profundizando, proviene del latín querella, que signifi ca queja o lamentación. Es justamente lo que sucede con la actividad del liderazgo, infl uir en ellos y separar su parte disfuncional. Sintetizando, podemos decir que la palabra líder signifi ca actuar con lucidez, separar y distinguir las partes constitutivas de algo o de alguien y cambiar su intención. El líder debe ver lo que es disfuncional, incorrecto o inadecuado de una persona, un proceso o una cosa e intervenir en un cambio positivo. Existen muchas personas que, por su forma de ser, tienen la capacidad de liderar a otras con un objetivo común, esta característica es defi nida por el concepto de la psicología como LIDERAZGO. Un buen líder debe tener habilidades y destrezas muy precisas: una buena comunicación verbal, saber escuchar, persuadir, hacer uso de un buen pensamiento crítico, saber delegar ciertas actividades, ser muy organizado, asumir con responsabilidad la consecuencia de sus actos, ser perseverante, desarrollar una fuerte capacidad de adaptación, saber construir relaciones con aliados estratégicos, ser muy respetuoso, tener siempre una actitud y disposición de ayuda ante los demás y demostrar templanza y prudencia para el buen manejo de las crisis. Existe una lista casi interminable de tipos de líderes o liderazgo: autocrático, democrático, liberal, burocrático, carismático, natural o el orientado a las tareas, relaciones, transaccional, transformacional, etc. Pero más allá de la clasifi cación de los tipos de liderazgo, me gustaría abordar el tema de los valores que debe tener un líder, y el primero y más importante, creo yo, es la congruencia, que exista una lógica entre lo que se dice y lo que se hace. y en este tema podemos encontrar infi nidad de supuestos. Por ejemplo, el liderazgo que debe ejercer el director de una escuela es muy importante. Como docentes y directivos exigimos
a nuestros alumnos que lleguen temprano (puntualidad), se presenten con el uniforme completo (formalidad), con los zapatos boleados (limpieza), con la credencial visible (identifi cados), que presenten sus tareas y trabajos en tiempo y forma (responsabilidad), buena ortografía, letra legible y sobre todo les pedimos que lean… ¿y nosotros? ¿Lo hacemos? ¿Predicamos con el ejemplo? ¿Practicamos en nosotros mismos todo lo que les exigimos a ellos? ¿Tenemos la autoridad moral para hacer permanentemente esa exigencia? Y así como ejemplifi camos el liderazgo que debe ejercer un director, podemos ejemplifi car muchos otros liderazgos: políticos, empresariales, sociales, académicos, religiosos, deportivos, etc. pero en todos los casos, sin excepción, la congruencia es un factor determinante. Apreciables lectores, la palabra convence, el ejemplo arrastra. El liderazgo no nos lo da un papel, un nombramiento, un documento… Nos da autoridad, ciertamente, que no es lo mismo. Muchos “líderes” tienen autoridad, mas no un liderazgo real. La autoridad moral sí te da liderazgo, quien se precie de ser un buen líder es el primero que tiene que cumplir con lo que exige o solicita. Ser congruente y por el solo ejemplo irá arrastrando y convenciendo a los demás, con su buen comportamiento, con disciplina, constancia, buen trato, siendo tolerante y muy prudente. Somos esclavos de lo que decimos y dueños de lo que callamos. Un buen líder jamás evidenciará a un colaborador ante los demás, ser cuidadoso siempre; elogiar en público, reconocer el esfuerzo de los demás, y corregir siempre en privado. Los valores que el líder sepa imprimir en su ejercicio diario serán verdaderamente lo que sus semejantes o seguidores agradecerán. Para qué queremos un líder muy carismático, con un poder de convencimiento y convocatoria extraordinario si de fondo no lo ejercerá de manera adecuada. Por ello, la importancia de formar hombres libres y de buenas costumbres, y eso no es tarea únicamente de las escuelas, es una tarea donde interviene toda la sociedad en su conjunto. Esos valores primeramente tienen que ser inculcados en la familia, fortalecidos en la escuela y practicados en el día a día en nuestra sociedad. Para buscar de fondo la transformación de nuestro país tenemos que empezar por la familia, esa célula indispensable donde están los cimientos de nuestra sociedad, retomar nuestros orígenes y no ser tan fl exibles a las normas, establecer límites. Es ahí donde nacerán nuestros futuros líderes, darles un buen acompañamiento y buen ejemplo, para que cuando sean ciudadanos perciban adecuadamente las necesidades de su entorno y busquen mejorarlo, pero con honradez, dignidad, mesura y compromiso. Por lo pronto es todo, nos leemos el próximo domingo y les recuerdo, que mi punto de vista, es y será siempre, la vista de un punto. ¡Hasta pronto! ¡Es cuanto! P.D. A propósito… ¿Ya decidiste por qué líder vas a votar? ¿Qué tipo de líder quieres que dirija los destinos de nuestro país?. Piénsalo muy bien, es una decisión importante.

 

Fermín Villaseñor

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