Siguiendo con el tema del amor, a muchos les extrañará que ponga los celos; de hecho, mucha gente los asocia con el amor, y nada más lejos de la realidad, como lo vamos a ver a lo largo de este artículo.
Todos estamos convencidos (yo creo que tú amigo lector, estarás de acuerdo) en que somos seres libres y que somos las personas más libres incluso en la historia de la humanidad, porque en este tiempo no hay esclavos, no hay nada por el estilo. Lo que nos debemos preguntar es: ¿realmente somos libres? Creo sinceramente que a veces somos esclavos, vivimos en una sociedad que por ratos nos esclaviza, por supuesto, con nuestro consentimiento; nadie nos está obligando, sino solitos decimos que sí y hemos consentido vivir nuestras vidas bajo el yugo del trabajo, del dinero, de poseer más y más, de complacer a los demás, y creo que todos en algún momento hemos visto reportajes de personas que viven en lugares recónditos, apartados de toda la civilización como en la que vivimos, sin televisión, sin entretenimientos como los que nosotros conocemos, y pensamos, desde nuestro punto de vista, que la deben pasar muy mal porque carecen de casi todo; no me estoy refiriendo a la gente en extrema pobreza, que no tiene ni opción, sino a la gente que voluntariamente decide no tener nada de esto.
Hay gente en provincia que tiene solo luz necesaria, pero esa gente tiene una cualidad que nosotros estamos perdiendo, y es que siempre sonríen; te vas a los pueblos más humildes y la gente siempre está sonriendo, tienen cara de felicidad, esos niños que aparentemente no tienen nada, son más felices que nosotros. Esas personas que viven “sin nada” siguen siendo libres, y eso es una característica. Y como sabemos que nosotros somos esclavos, no me gusta emplear esa palabra, pero realmente ustedes obsérvense, cómo queremos cada vez tener una mejor casa, un mejor coche, un mejor mueble, tener el teléfono de moda, el mejor y más caro colegio donde dejar ahí a los niños y que otros se hagan cargo de su educación. Yo no veo mal esas cosas, pero, realmente, ¿qué es lo que pasa contigo? Vives esclavizado y quizás eso es lo más triste de todo esto; yo quería esta reflexión antes de entrar al tema tan polémico y duro como son los celos, y no me refiero al celo ocasional de algún día puntual, no me refiero a la intuición que muchas mujeres confunden con ellos, sino me refiero a los enfermizos, que además son un problema de muy difícil solución, no es fácil.
Vamos a hablar un poco de ellos: los celos son una emoción negativa, causada por la idea de perder al ser amado; tiene que ver con autocontrol, con una baja autoestima de la persona celosa y de quien los recibe, y ahí se queda; a mayores celos, menor autoestima, menor autoconfianza, menor imagen de sí mismo; vienen acompañados generalmente de desconfianza, de enojo, de ansiedad y de frustración, una persona celosa es una persona que no se valora lo suficiente.
Los celos enfermizos son una emoción negativa, como ya lo mencioné, intensa, descontrolada y exagerada sobre la pérdida del amor, ya que estamos hablando en este mes sobre el tema del amor. Estos no siempre los causa un rival en particular, ya que el rival puede ser una amiga, un hermano, padre, madre, hijos, trabajo, etcétera, hasta un fantasma a veces; aquí el detonante puede ser diverso, la persona celosa siente la pérdida, independientemente de quien genere el desvío de atención de su ser querido, y es una creencia errónea, irracional y exagerada de que la pareja es infiel.
Estamos hablando de celos enfermizos, ojo, no estamos hablando de un momento puntual de una desconfianza, que a veces se considera como celos, y no es de lo que estamos hablando; hay veces que alguien tiene la intuición o a veces alguien le dice algo y entra una desconfianza, eso para mí es normal, y si uno llega al final de la investigación para saber si la persona con la que está es de confianza, adelante. Porque si no estás bien con la persona que estás, te debes preguntar: ¿Qué hago yo aquí? Esto es válido tanto para hombre como para mujer. Al final una persona que te cela no es alguien que te ama, es alguien que definitivamente tiene una baja autoestima y quiere tener el control absoluto de la vida de la otra persona, y déjame decirte que con el paso del tiempo la otra persona tiene todavía menos autoestima.
Tú decides si quieres seguir en ese círculo vicioso, porque nunca se acaba; así que tenemos que estar atentos a esto y detectar las señales fácilmente. Si un día llega tarde y hay desconfianza, si le hablan por teléfono y se esconde para que tú no escuches la llamada, pasa mucho tiempo en el whats, no te deja tocar su teléfono, ¿Es eso saludable para una relación?, No, eso definitivamente mata una relación, y la mata de una forma que no hay forma de restaurarla; si la persona se da cuenta y deja la relación sobre la que asumieron el control, cerrar el círculo del duelo es muy complicado, y si no lo cierra, sale de esa relación tóxica y vuelve a otra, que no hay necesidad de ello.
Al final, como lo escribí al comienzo del artículo, somos seres libres, pero de alguna forma nos esclavizan las cosas: el móvil, la televisión, el trabajo, pero en algún momento, dado que está en tus manos apagar la televisión, desconectarte un momento del móvil, establecer horarios para el trabajo y llegar a casa y no seguir, puedes darte ese espacio, pero los celos no;
los comparo con un cachorro que no sabemos de qué raza es, nos muerde la pantorrilla y le damos de comer, nos muerde la pantorrilla y le volvemos a dar de comer, y va creciendo el animalito y al final el animalito ya es un animalote y ya no es que te pida que le des de comer, le tienes que dar; así son los celos, y luego cómo te quitas ese animalote. Es complicado sacar a una persona de la idea de que todo mundo lo engaña, porque ven el mundo con una subrealidad, ellos construyen una verdad paralela a la realidad, el hecho de que tu pareja salude a alguien no implica que esté haciendo algo con esa persona, el hecho de que hable con alguien no implica que tenga algo con esa persona, ¿o sí? El hecho de que tengas amigos, incluso antes de la relación, y platiques o salgas con ellos no implica que haya algo malo, ¿o sí? Eso es lo que te deberías preguntar, y si vives con una persona muy celosa, muy posesiva, busquen ayuda; si quieres salvar tu relación, busca un profesional, un psicólogo, un psicoterapeuta incluso de pareja, y si es un familiar también, porque esto se puede dar incluso en el núcleo familiar.
Comencemos a descubrir cómo somos con la gente que nos rodea, aprendamos a amar y dar libertar, el amor no se trata de asfixiar a la persona que tenemos al lado y los celos asfixian, sino el amor se trata de estar convencido de quien tienes al lado y hacer una piña, entre dos o entre una familia, y realmente crecer con ese amor desinteresado, con ágape, ese amor puro, incondicional, que no pide nada a cambio. Si tú estás dispuesto y tienes ese amor, felicidades, tienes una pepita de oro, pero si tu relación es tóxica, de verdad, busca ayuda profesional, porque esto no se cura, no existe una pastilla mágica que lo cure, no son los nervios, es una patología que hay que tratar, primero descubriendo que disparó toda esta situación, porque siempre hay algo.
Y les quiero recordar, en este mes del amor, que este sentimiento tiene muchas variables: el amor de amistad, el de pareja, el de familia; busquen el amor siempre, y cuando digan: ‘yo quiero ir más allá del sentimiento, quiero conocer el verdadero amor’, entonces te acercarás al amor puro, al que no pide, al espiritual, al ágape, que es dar sin esperar nada a cambio.
El amor no juzga, no es una cárcel, es libre y es lo mejor que le puede pasar al ser humano.
Como siempre, les deseo larga vida, salud y prosperidad. Manden sus comentarios al e-mail, nos leemos en el siguiente artículo.
Alberto Tristany Zarauza
