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Hace (60) meses
¡Por los clavos de Cristo!
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Estos días de recogimiento y reflexión bien podrían ser utilizados por todos los que de alguna manera tienen que ver con el destino de Hidalgo para que  se sienten a revisar los casos de deficiencias y evaluar por dónde van las cosas.

Y no es por intrigar, pero como que últimamente hay un cierto amodorramiento y hasta algo de desinterés de las cuestiones políticas y sociales del estado.

Ahí tienen el caso de las retenciones de los presuntos delincuentes por parte de la población y que en ocasiones, como hace algunos días, terminan en juicio sumario y hasta linchamiento, sin que haya consecuencias para los ajusticiadores.

Por supuesto que se entiende el hartazgo de la población cansada por los asaltos, pero de eso a hacer justicia por propia mano sin mayor miramiento,  habla de la desconfianza hacia las autoridades que no terminan de leer la problemática de inseguridad que desgraciadamente va en aumento.

Y qué decir de las ejecuciones que se  han incrementado en las últimas semanas en los límites de Hidalgo y Querétaro, y que al parecer tienen la línea de que sea nuestra entidad la que reciba a los muertos que ocurren en diversas zonas del estado vecino,  producto de las luchas entre grupos delincuenciales quienes, muy quitados de la pena, se limitan a dejar abandonados los cuerpos en parcelas de los municipios colindantes.

Mientras tanto el huachicol continúa  y ni los 136 fallecidos en la explosión e incendio en el ducto de Pemex ubicado en Tlahuelilpan, ni los desaparecidos, ni las consecuencias ambientales, ni el daño a las familias que destruidas los detiene. Hay que agregarle que  el tiempo pasa y las familias cada vez están más desesperadas por la demora en entregar los  resultados de las pruebas de ADN que les den alguna luz sobre las personas que hasta ahora permanecen desaparecidas.

Así  que luego de la experiencia tan dolorosa, las tomas clandestinas con derrame de combustible,  con el riesgo que esto representa y que causaron la desgracia en Tlahuelilpan, siguen al alza, colocando a Hidalgo en el primer lugar por el número de perforaciones en los ductos.

Lo que hasta ahora no se sabe a ciencia cierta es si llegarán los tan prometidos y anunciados  refuerzos integrados por elementos de la Marina y de la Sedena para combatir a los huachicoleros en la zona de Tula y Cuautepec, lo cual quiere decir que prisa, así como que  se llama prisa, de parte de la Federación por atacar este problemononón, pues no parece preocuparles mucho; total, que se chinguen los de gobierno del estado, porque su cuate nomás no da señales de ser el amigui que dijo que era.

A todo esto, el tan cacareado desafuero del diputado atropellador para que enfrente la justicia no da señales de concretarse.  ¿Y la familia del joven atropellado que murió calcinado? Bien, gracias.

Pero eso sí, hay una invitación a echarse unas chelas con una legisladora federal, así que trabajo como tal no habrá, pero qué tal la peda.

Sería bueno recordarles a estos legisladores que el presidente dijo que el pueblo sabio puede ponerlos y también quitarlos.

Ojalá que ese pueblo sabio se dé cuenta de que nomás no dan una estos representantes populares y los manden derechito a fastidiar a su progenitora.

Lo que también preocupa es que, después de una huelga de más de 40  días, en el municipio de Pachuca los trabajadores  están más preocupados por sus vacaciones de Semana Santa que de atender  los reclamos de servicios de la ciudadanía, y mientras los integrantes del Cabildo se hacen los remolones, se ponen sus moños y le piden permiso a una pata para levantar la otra, en las calles los estragos del abandono comienzan a cobrar víctimas.

Ya les dieron su aumento, ¿no les parece que  es momento de ponerse a chingarle? O ¿cuál es ahora el pretexto?

Como están las cosas, creo que ni Cristo crucificado podrá moverlos de su hueva vacacional.

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