El tipo de cambio del peso frente al dólar es un termómetro del estado de salud de la economía mexicana. El debilitamiento del peso se explica por razones multifactoriales.

Así, tenemos que el fortalecimiento del dólar estadunidense ha afectado principalmente a las economías emergentes de América Latina, consecuentemente le ha pegado a nuestra moneda. Pero también los efectos del endurecimiento de Donald Trump, presidente de Estados Unidos (EU), con las políticas de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) con respecto a México, el muro y los muy posibles impuestos contra los inversionistas estadunidenses que inviertan en nuestro país, han puesto nerviosos a los capitales americanos.

También está la incertidumbre de las elecciones intermedias de EU de noviembre, y Trump está intentando cumplir todas sus promesas de campaña para poder continuar al frente de este país, dando más empleo a sus connacionales, dejando sin empleo a cientos de migrantes. En este sentido, también las elecciones presidenciales de México tienen muy nerviosos a los grandes capitales internos y externos, pues gane quien gane, se ve una clara polarización y crispación de la sociedad en general, eso por una lado, y por otro lado, de la posible llegada de Andrés Manuel López Obrador, candidato de izquierda de Morena, a la presidencia de la república mexicana, a pesar de que el candidato lleva meses intentando tranquilizar a los mercados.

Otro aspecto que afecta a la economía del país es la creciente e intolerable violencia, propiciada por la delincuencia organizada y la delincuencia común. Miles de desaparecidos y muertes por doquier, atracos a comercios, casas, transporte público y privado; a automovilistas, transeúntes, secuestros, etc. Tal es la situación que los empresarios tienen que gastar en asegurar sus inmuebles, blindar sus unidades, contratar servicios de vigilancia y hasta andar con escoltas para ellos y sus familiares; varios han preferido salir del país.

La corrupción e impunidad son otro flagelo para la economía mexicana. Tal es el caso del desvío de recursos públicos para los bolsillos de algunos gobernadores que se han visto involucrados en esta descomposición gubernamental. Varios de ellos se encuentran en la cárcel, en proceso penals o de extradición y otros, en plena fuga.

Para aquellos locutores simplistas o interesados, que sorprenden a sus radioescuchas para afirmar que el desliz del peso mexicano se debe a que López Obrador puede llegar a la silla presidencial, y que trae preocupado a los inversionistas nacionales y extranjeros, es una mera pifia.