Dicen los que eso dicen que la barca es el fantasma de una barca.
En las noches de niebla se acerca al muelle, casi invisible en la niebla y en la noche. Está ahí unos minutos, los suficientes para poner temor en el ánimo de quienes la ven. Luego se aleja y desaparece entre la bruma.
Se le mira una sola vez al año, en la fecha en que perdió la vida la hija del capitán Ahab. Nadie sabe de qué murió la joven. Iba feliz y alegre, pues se había avistado el barco del hombre con el que se iba a casar, y un instante después estaba muerta en un charco de sangre. Fue como si un arpón le hubiera traspasado el pecho.
El capitán no supo que la joven había muerto. Él mismo murió en el mar, buscando una misteriosa ballena blanca a la que lanzó un arpón momentos antes de morir.
¿Quién llega al puerto en aquella barca fantasmal? ¿Es el novio de la muchacha? ¿Es su padre? ¿Es la muchacha misma convertida en barca? Nadie lo sabe. Preguntas son ésas que se lleva el mar.
¡Hasta mañana!…
“Llegó un frente frío”
Enojado por demás
exclamó un tipo corriente:
“¿Por qué se le llama ‘frente’?
¡Yo el frío lo siento atrás!”.