Para muchos, el país está peor que nunca debido a las decisiones del presidente Andrés Manuel López Obrador. Para ellos, a México se lo empezó a llevar el diablo desde que él ganó la elección presidencial de julio del año pasado y creen que las cosas estarían mucho mejor si ese día el triunfador hubiera sido otro.
Para quienes así piensan, México está al borde de la quiebra económica, la sociedad está irremediablemente dividida, la democracia se está debilitando. ¡Algunos hasta creen que falta poco para que se consume un golpe de Estado!
La mayoría de ellos no votaron por AMLO en 2018 pero también hay personas que sí lo hicieron bajo la suposición de que el país cambiaría, como por arte de magia, apenas asumiera el poder el tabasqueño y que hoy se sienten decepcionadas porque no ocurrió lo que ingenuamente esperaban.
Casi todas estas personas aparentemente padecen amnesia colectiva porque ya olvidaron los sentimientos negativos que millones manifestaban antes de la reciente elección federal.
La encuesta Latinobarómetro 2018 que se realizó en 18 países de América Latina, México incluido, entre el 15 de junio y 2 de agosto de 2018, muestra lo que entonces opinábamos los mexicanos:
Un 14 por ciento tenía la idea de que el país estaba progresando; 9 por ciento creía que la situación económica era muy buena o buena y 54 por ciento que era muy mala o mala; 47 por ciento opinaba que su situación económica y la de su familia mejorarían en los próximos 12 meses, mientras que 15 por ciento dijo que empeorarían; 14 por ciento expresaba estar muy satisfecho o satisfecho con el funcionamiento de la economía del país; 38 por ciento decía que la democracia es preferible que cualquier otra forma de gobierno; 49 por ciento aseguraba que votaría en las elecciones, pero no especificó por cuál partido; 48 por ciento opinaba que la democracia mexicana tiene grandes problemas; 88 por ciento manifestaba que el país era gobernado por unos cuantos grupos poderosos en su propio beneficio; 12 por ciento opinaba que la distribución del ingreso en el país era justa o muy justa, 18 por ciento aprobaba la gestión del gobierno que encabezaba Enrique Peña Nieto; 18 por ciento creía que se puede confiar en la mayoría de las personas, 57 por ciento decía confiar mucho o algo en la Iglesia; 57 por ciento en las Fuerzas Armadas; 32 por ciento en las autoridades electorales; 23 por ciento en el poder judicial; 22 por ciento en el congreso; 19 por ciento en la policía; 16 por ciento en el gobierno y 11 por ciento en los partidos políticos; 10 expresaba que nunca se preocupaba de ser objeto de un delito con violencia; 14 por ciento señalaba a la corrupción como el problema más importante del país; 28 por ciento opinaba que la delincuencia es el problema más importante del país; 74 por ciento aseguraba que la corrupción aumentó mucho o algo en el último año; 80 por ciento dijo estar muy o bastante satisfecho con su vida; 40 por ciento dijo que su salario y el total del ingreso familiar no le alcanzan, tiene dificultades o grandes dificultades; 20 por ciento expresó que ha pensado en irse a vivir a otro país.
Con base en estos resultados es válido afirmar que el país ya estaba peor que nunca gracias a Enrique Peña Nieto y a quienes integraron su gobierno.
Aceptémoslo: Andrés Manuel heredó una pésima situación y, evidentemente, está lejos de ser el hacedor de milagros que muchos esperaban que fuera. Ojalá sea capaz de sacar al país del atolladero en que se encuentra.
