Mucho ha dado de qué hablar en estos días el entrenador de La Máquina Celeste, Paco Jémez. Resulta que al final del encuentro contra Toluca el español salió enojado por el empate a ceros y cuando se dirigía a los vestidores aprovechó para hacer la Britney señal.
Esta acción encendió la furia de la afición celeste, por lo que el pasado lunes Paco tuvo que salir a dar la cara y una explicación a dicha acción; acompañado del Yayo de la Torre dijo ante los expectantes medios: “Dicho gesto iba dirigido a un sujeto quien al acabar el partido, me insultó y amenazó directamente a mis hijas”. Sin más palabras el técnico se retiró.
Días después salió el Chaco Giménez a defender el “honor” de su estratega y aseguró que las críticas hacia su entrenador son un complot de los medios quienes pedimos su cabeza. ¿Pero qué benefició tendríamos nosotros? De este lado sólo nos toca informar lo que pasa en este caso en el balompié.
Los medios no obtenemos ningún beneficio con la salida o llegada de algún elemento a cualquier club. Lo que deben entender jugadores, técnicos y directivas es que por ser figuras públicas están expuestas a críticas tanto positivas como negativas. Y que cuando se nos dan espacios como estos (columna) los comunicadores nos podremos lanzar a la yugular de quien sea, pero a
título personal.
Lo cierto, es que las cosas no están bien con el estratega de los celestes, su actitud demuestra que no sabe lidiar con la frustración de no conseguir los resultados que se necesitan, además de no soportar la presión mediática que hay alrededor de Cruz Azul.
Pero nadie lo trajo con mentiras al Club de la Noria, nadie le dio espejitos en lugar de oro, pues ya son 20 años los que acumula La Máquina sin levantar el título, así que bien sabía el reto al que se enfrentaba en tierra azteca.
En lo único que le doy la razón al buen Jémez es que cuando alguien se mete con la familia uno puede reaccionar de mil maneras para defenderla.
Pero resulta que Paco ya había hecho esta señal cuando estuvo al frente del Rayo Vallecano. En agosto de 2013 durante una visita de su equipo a la casa del Celta de Vigo el entrenador simuló rascarse la nariz para mostrar la seña hacia un aficionado que estaba en la tribuna, ¿Y qué creen? Salió a defenderse con el mismo argumento, que alguien se había metido con su familia.
Ahí se los dejo a su consideración, pero, creo, son sólo pretextos para las malas actitudes del entrenador español.