Facilda Lasestas
 
Hace (64) meses
 · 
Compartir:

Se llama Facilda Lasestas, y es mujer de cuerpo complaciente. Cierto día llamó a su puerta un agente de ventas, hombre joven y de muy buen parecer. Le dijo el vendedor: “¿Me permite un segundo?”. “Claro que sí respondió Facilda al tiempo que lo hacía pasar. Pero recuérdeme por favor cuándo le permití el primero”. Don Martiriano, el sufrido esposo de doña Jodoncia, asistió a los ejercicios espirituales que el padre Arsilio predicó para los socios de la Majestuosa Cofradía de Nobles y Elevados Caballeros de la Santísima Humildad. El buen sacerdote les pidió a los cofrades: “Levanten la mano los que quieran ir al Cielo”. Todos la levantaron, menos don Martiriano. “¿Cómo es eso? -se sorprendió el padre Arsilio-. ¿No quieres tú ir al Cielo?”. “Sí quiero, señor cura -respondió el hombrecito-. Pero antes necesito pedirle permiso a mi mujer”. Un individuo se presentó a la consulta del doctor Retino, oft almólogo y optometrista. Se quejó: “Doctor: se me juntan las letras”. “Pues páguelas” -le aconsejó el facultativo. Ya conocemos a Capronio. Es un sujeto ruin y desconsiderado. Se enteró de que una amiga suya había dado a luz una bebita y fue a visitarla en la maternidad. Le preguntó: “¿Cómo le vas a poner a la niña?”. Respondió con orgullo la fl amante madre: “Se va a llamar Virgen”. “No le pongas así -sugirió el majadero-. Si sale como tú, ese nombre le va a servir cuando mucho hasta los 16 años”. Babalucas y su esposa fueron por primera vez al mar. Ella probó el agua y le comentó a su marido: “Está salada”. Sugirió el badulaque: “Ponle azúcar”. Ella llevaba entre sus cosas una bolsita de edulcorante y la vació en el océano. Volvió a probar el agua y declaró: “Sigue salada”. Le indicó a Babalucas: “Es que no le meneaste”. Doña Macalota le pidió a don Chinguetas: “Dame dinero. Necesito comprar cortinas para las ventanas de la recámara, pues temo que el vecino me vaya a ver desnuda”. Replicó don Chinguetas: “Si el vecino te llega a ver desnuda él será el que ponga cortinas en sus ventanas”. En el cuarto 210 del popular Motel Rosas de Venus los nuevos amantes se dispusieron a consumar su pasajero amor. Ella sacó de su bolso una regla de medir. “¿Eres masoquista? -preguntó el galán-. ¿La traes para que te golpee con ella?”. “No -contestó la muchacha-. Es para una estadística que llevo”. Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, invitó a Pudenciana, doncella de virtudes, a un día de campo. Grande fue la sorpresa de la inocente joven cuando se percató de que nadie más asistió al pícnic. Y es que a nadie más había invitado el lascivo sujeto. Así, la muchacha se vio a solas con Pitongo en aquel alejado paraje campirano. ¿Qué más podía hacer la desdichada que ceder a las instancias de Afrodisio? Después de todo él había llevado la comida -dos tortas de jamón con aguacate- y las bebidas, un par de sodas de fresa, coloradas. La coición tuvo lugar a campo abierto, sobre “el de grama césped no desnudo” (la expresión es de Góngora); esto es decir sobre el zacatito. Estaban en plena refocilación cuando acertó a pasar por ahí un pastorcito con su rebaño de ovejas. Eso se debió seguramente a la cercanía de la Navidad. El muchachito, asombrado, se detuvo a ver qué es lo que hacían aquel hombre y aquella mujer. ¿Sostenían una pelea cuerpo a cuerpo? ¿Estaban acaso jugando a las luchitas? Pudenciana, aunque se hallaba en posición de decúbito supino, o sea de espaldas en el suelo, alcanzó a ver a la criatura, y le dijo con alarma a su amador: “¡Un niño, Afrodisio! ¡Un niño!”. Respondió Pitongo respirando con agitación: “O una niña, lo que sea; pero no te me distraigas”. FIN.

Compartir:
Etiquetas:
Relacionados
title
Hace 1 minutos
title
Hace 31 minutos
Se dice
/seDiceGift.png
Especiales Criterio
/transformacion.jpeg
Suscribete
/suscribete.jpg
Más popular
Política actual impide el desarrollo: Marivel Solís
Por Gerardo Ávila . 24 de mayo de 2016
Por Gerardo Ávila . 9 de agosto de 2017
Por Federico Escamilla . 12 de febrero de 2018
Por Gerardo Ávila . 30 de noviembre de 2015

© Copyright 2023, Derechos reservados | Grupo Criterio | Política de privacidad