La caída de Javier Duarte
 
Hace (84) meses
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Quizás los mexicanos, o una buena parte de nosotros, tenemos un problema de inconformidad permanente. Primero se destapó la cloaca de corrupción en el estado de Veracruz y lo acompañamos con protestas, con señalamientos de complicidades y sospechosas teorías de encubrimiento que harían que el tal Duarte de Ochoa nunca apareciera.
La Semana Mayor nos trajo el milagro de su detención en Guatemala, con una larga historia de investigación y seguimiento que al final de cuentas concluyó con su aprehensión donde participaron además de Interpol y la policía guatemalteca, la PGR y el Cisen.
Ahora resulta que no; que no es muy clara esa detención porque con ella buscan sacar al buey tricolor de la barranca lectoral del Estado de México; que dicha detención tiene jiribilla porque con las declaraciones de Javier Duarte se enlodará al Mesías Tropical de Macuspana al señalarse su complicidad con el uso de recursos del erario veracruzano en favor de Morena, el año pasado, en las elecciones a gobernador jarocho.
¿Entonces? ¿Qué no decían que los dineros veracruzanos habían ido a parar a campañas tricolores? ¿Acaso no se han cansado los pejechairos (Calderón dixit) de subir memes y fotos de Duarte con Peña Nieto, con Felipe Calderón, con Margarita Zavala, con Alfredo del Mazo?
Una cosa es muy clara, y no podemos sustraernos de ella: la corrupción en las esferas del poder ha salpicado a todos y si Duarte de verdad suelta todo sobre los manejos irregulares, los desvíos de recursos, los procesos fraudulentos y el nido de corrupción en su gobierno, muchísimos saldrán salpicados.
Quizás por eso el abanderado de la Honestidad Valiente se cura en salud y nos avisa que lo van a querer exhibir por los acuerdos en lo oscurito para tener dinero fresco –y mal habido— en las arcas del morenaje veracruzano.
Eso sí, aunque haya pruebas –que habrán de mostrar quienes acusan, eso sí—nos dirá que nada es cierto y al más puro ritmo de Pedro infante, nos jurará que son puros cuentos de por allí y que “yo no, no, no, yo no fui”. ¿Le creemos? Yo, no.

ISRAEL FÉLIX
Un muy temprano y descolocado destape hicieron del secretario ejecutivo de la política pública estatal, Israel Félix Soto, rumbo al lejanísimo 2022. Flaco favor a un hombre que apenas se estrena en esos niveles de decisión política, y que más bien estará buscando crecer, madurar y demostrar tamaños.
Quien quiera que lo haya hecho, o buscó perjudicarlo al ponerlo muy temprano en la línea de fuego o, si intentaron amigablemente ayudarle, flaco favor fue éste.
Israel es un hombre joven, con los pies en la tierra y consciente de su responsabilidad. Sabe que ha crecido a la vera del gobernador Omar Fayad y también sabe que ya no vivimos en época de cuates o de cuotas. Si tiene aspiraciones –en política quien respira, aspira— deberá primero madurar, crecer y demostrar. Lo demás es imprudencia o mala voluntad.

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