A un año de la contienda de 2018 un hidalguense se perfila para aparecer en la boleta rumbo a la presidencia de la República. Con igual número de seguidores que de detractores, Miguel Osorio Chong se ha convertido, indudablemente, en un fundamental de la política mexicana. Llegó con un perfil bajo, pero como protagonista. Se ha desempeñado por casi cinco años como secretario de Gobernación, una tarea monumental en la cual ha dado tumbos y buenas notas.
Miguel ha sido, durante el sexenio, la mano derecha y el muro de contención del presidente Enrique Peña Nieto; para mala fortuna de Osorio, ha sido uno de los mandatarios menos populares y peor evaluados de la historia.
Ayer, Grupo Reforma, con el patrocinio de Criterio Hidalgo y de otro diario de Coahuila, presentó una encuesta sobre el posicionamiento de 18 aspirantes. Sólo cuatro de ellos, puede usted leer en el suplemento Sucesión 2018, que presenta Criterio, tienen una proyección capaz de asegurarles la candidatura de sus partidos. El primero es Andrés Manuel López Obrador, de Morena, puntero en las encuestas —como cada seis años—, seguido de Margarita Zavala, esposa de Calderón. En tercer lugar, pero con serias aspiraciones, se encuentra Miguel Osorio; y el último es el jefe del Gobierno de la CDMX, Miguel Mancera, quien sin ser perredista es el mejor colocado de ese partido.
Sin duda, en Hidalgo causará efervencia el que un paisano ocupe un puesto en la boleta. Algo nuevo. Sus cartas son, sin duda, más positivas en la entidad que a nivel nacional, donde la mala imagen y el rechazo hacía el PRI le complicarán el camino. Pero no se puede descartar a nadie, y sino, pregúntenle a Felipe Calderón, expresidente de este país.