La publicación en redes sociales de una fotografía de manifestantes inconformándose en el Centro Histórico de Pachuca por la instalación de parquímetros llamó la atención de los cibernautas. Lo curioso de la foto era que entre el grupo estaba nada menos que el sacerdote Alfonso Romero, quien por años ha oficiado en la parroquia de San Francisco.

El padre Romero, como se le conoce, es un representante de la Iglesia muy respetado y por décadas ha sido pastor de la feligresía de Pachuca y municipios circunvecinos, así que el hecho de que haya accedido a sumarse al reclamo ciudadano ante la imposición de instalar parquímetros en las inmediaciones de la parroquia muestra que la inconformidad que por varios años han externado los ciudadanos ya está llegando a los jerarcas del clero, que ven con preocupación que nadie escucha las peticiones de las personas molestas por la comercialización de los espacios que se supone son de la sociedad.

Así que el influyente sacerdote decidió ponerse del lado de los feligreses que ven con tristeza esta invasión de los espacios públicos por empresas que ni siquiera son del estado y que, como voraces plagas, se han extendido de tal manera que han minado el comercio local, obligando a los ciudadanos a acudir a las plazas comerciales de inversión extranjera que sí tienen estacionamiento.

En verdad esta cabrón ir al centro de la ciudad en auto, porque los celosos policías municipales que acompañan a los encargados de los parquímetros están bien al tiro si te atreves a estacionarte algunos minutos, porque de inmediato te amenazan con ponerte la araña con la rigurosa multa que no es poca cosa.

Me imagino que para los que tienen la desgracia de vivir en esta zona debe de ser una pesadilla la estacionada de su vehículo y ni pensar que tengan dos autos, porque ya se chingaron.

Lo que aún no me cabe en la cabeza es el hecho de entender ¿qué les dieron a los responsables del gobierno municipal para que accedieran a autorizar la instalación de dichos parquímetros, cuando las ganancias en su mayoría serían para la empresa? Dinero o moches, no lo creo, porque la empresa responsable de los parquímetros es bien buena onda y como un apoyo a la población está dispuestas a ayudar a que se ordene el estacionamiento en el centro de a gratis ¡¡¡hasta creen!!!!

Ya me imagino que Eleazar, ese alcalde tan recordado porque en su administración llegaron estos aparatos, preocupado por mantener la calidad de vida de los Pachuqueños, esa calidad de vida que por años caracterizó a esta ciudad, un día instalado en sus oficinas de la Casa Rule, comenzó a fraguar la idea de mejorar el entorno de Pachuca y qué mejor que instalando parquímetros para que los ciudadanos no se estacionaran de manera desordenada; es decir, había que educar a los pachuqueños, y ¿Cómo? Pues imponiéndoles una carga más, total, que se chinguen y paguen por un servicio, aunque ese pago se vaya casi en su totalidad a las arcas de la empresa que los instaló.

Me cae que no puedo comprender qué funcionario, en su sano juicio, contrata un servicio que de entrada se lo va a chingar.

Y los regidores que en su momento conformaban el cabildo, se hicieron como el tío Lolo y se lo permitieron y ahí están las consecuencias.

El problema ha escalado a tal grado que ahora hasta el clero ha tenido que intervenir, porque parece que solo Dios puede salvar a los pachuqueños de la penitencia inexorable de pagar de por vida por el estacionamiento en la vía pública o ser presas de los estacionamientos privados que cada vez se manchan más con el cobro.

Tal y como están las cosas, los ciudadanos de Pachuca solo pueden esperar que sea Dios y sus representantes en la tierra hidalguense quienes puedan defenderlos de los gandallas encargados de parquímetros.