El presidente de México, López Obrador, poco a poco se ha ido revelando como el mentiroso compulsivo que siempre tiene otros datos, que siempre encuentra una ocurrencia para salirse por la tangente y que siempre tuerce la verdad para contarnos las cosas a medias y así, a medias envolver a su cohorte de crédulos para que sigan pensando que él solucionará las profundas desigualdades sociales con que recibió al país y que ha profundizado gracias a su mediocre gestión.
Y tiene razón, en un mandato que todavía no cumple un año, lo que ha hecho no es para presumir, pues ha desmontado logros que con sus altas y bajas, y pese a la cleptocracia que se anidó en el peñato, se habían ido construyendo desde hace al menos dos sexenios y ha dejado a los menos afortunados, a esos “sectores vulnerables de la población”, en una situación más vulnerable.
Los ha dejado sin los apoyos de Prospera, que eran mucho más que dinero a los pobres, porque tenían un control de padrones, de requisitos para ser parte de los beneficiarios, que habían establecido los suficientes candados para disminuir la posibilidad de un manejo electorero de dicho programa, amén de otros elementos de ayuda como controles de salud, de peso, dentales, nutricionales, y un gran etcétera que por su nada presumible decisión, terminaron.
Si seguimos, dejó a miles y miles de madres de familia sin el apoyo de las guarderías infantiles, esgrimiendo un error –uno gravísimo contra un universo de guarderías—para acabar con una valiosa herramienta para mujeres que ahora sufren para conciliar su trabajo con el cuidado de sus hijos pequeños. Y la puntada de convertir a los abuelos en niñeras no tiene parangón, por el recurso facilón del dinero en mano para, a discreción, dar un sueldo a los abuelos.
¿Dinero en mano? Jóvenes Construyendo el Futuro se ha convertido en agujero sin fondo de corrupción, discrecionalidad y deshonestidad que termina por afectar a jóvenes y a cualquiera que busque un trabajo porque, en aras de ahorrar y medrar, las empresas prefieren “beneficiarios” a quienes explotar o engañar que trabajadores a quienes pagar con honestidad.
¿Dinero en mano? Pasar de 65 y Más a 68 y Más porque solo así podrá cumplir con el dinero prometido, aunque de un plumazo haya dejado a miles de adultos mayores fuera del padrón de beneficiarios.
No es para presumir que quede demostrado que su llegada a la presidencia, en modo alguno, terminó mágicamente con la corrupción, por el contrario, en algunos sectores del gobierno parece haberse enquistando una nueva plutocracia-cleptocracia, lista para mamar lo más posible del presupuesto.
No es para presumir que el crecimiento del país esté reducido a cero y que, aun así, un imbécil mañanero diga que México es feliz, feliz, feliz; no es para presumir que se dispare la criminalidad, que el huachicoleo crezca mientras las ventas de Pemex se estancan, que la farsa que desencadenó la tragedia de Tlahuelilpan haya sido sólo una cortina de humo y que la percepción de inseguridad crezca.
Es cierto, tiene el presidente López una cosa que presumir, una mano dura que ha doblado, vía el presupuesto, a los gobernadores de cualquier signo, que está resucitando el viejo presidencialismo, que se ha convertido en un neoliberal en toda línea apoyando la xenofobia de Trump, que ha preferido el ahorro sobre la salud de los enfermos y el bienestar de los mexicanos.
Señor presidente, termine con las campañas, sea coherente con la izquierda que dice representar y preocúpese por la gente más que por su imagen, retírele el apoyo a otros imbéciles como el diputadete petista –ni siquiera vale la pena nombrarlo— que lanza iniciativas para amordazar a la prensa crítica; póngase a trabajar y olvídese de gobernar bajo principios electoreros que buscan restituir el caduco régimen absolutista del priismo primitivo que tanto anhela y en el cual se formó.
Señor presidente, piense en serio en México y en esos pobres que alguna vez visitó en sus comunidades, y déjese de inventar complós y estúpidas conspiraciones. Usted tiene la presidencia y la mayoría en las cámaras, y todavía cuenta con el apoyo mayoritario de los mexicanos, así que aprovéchelo, póngase a trabajar y deje el folclor para sus partidarios de Morena, que tan bonito le saben al baile de los fraudes, las conspiraciones y los complós –hoy mismo nos dan una muestra en el senado y en la lucha por la dirigencia nacional de su partido—mientras usted puede ponerse en serio, con datos serios, a solucionar los grandes problemas de México. Todos, pejistas o no, se lo agradeceremos, porque hasta ahora lo hecho, efectivamente, no es para presumir.

DE LOS ESCRITOS DEL FILOSO FITO
La pluralidad ha llegado al congreso de Hidalgo, y de mano de Morena, lo cual es para celebrarse y nos enseña que la naturaleza humana siempre tiene espacio para la libertad; no sé si se trata, como una buena de la prensa quiere hacernos creer, de una lucha intestina entre sosistas y morenistas químicamente puros. Quiero creer que es porque al fin han llegado al congreso políticos con conciencia, que saben que no tienen por qué votar en bloque, sino a favor de sus votantes.
Qué bueno, errados o no, enfrentados o no, que los representantes del pueblo rompan monopolios de bancada y lo hagan en adelante y en favor cada vez más del pueblo y no de sus padrinos políticos. Hago votos porque eso llegue a todas las bancadas y a todos los partidos. Eso significaría la oxigenación y la renovación de la partidocracia.
Y sí, vino de Morena; sorpresa, sorpresa.