Aunque usted no lo crea, hay ocasiones que de los sitios más extraños puede saltar alguna idea para abordar los problemas sociales que aquejan a las ciudades de México y concretamente de Hidalgo.

Y es que mirando una caricatura donde tocan el tema de la basura, de inmediato asocié que tal vez, esa sería una solución a la bronca cotidiana de los desechos sólidos.

Resulta que en dicha caricatura cuyos personajes son animales y que por cierto ya tiene varios años de que se transmitió en la televisión, los vecinos de una comunidad preocupados de la acumulación de basura  que ya se estaba transformando en un problema de contaminación,  se habían organizado de tal forma que dedicaban un día a la semana para ensayar una canción que hablaba de la suciedad en que se  había convertido la ciudad y durante el ensayo ideaban formas de entrarle al problema.

Los vecinos de dicha comunidad ya tenían tareas designadas que cumplían al pie de la letra y con oportunidad.

El protagonista tenía quizá la misión más compleja. Convencer a la empresa más importante de la ciudad de que también participara  para limpiar  su comunidad.

Luego de varios intentos y de plantarse en la puerta de la empresa cantando hasta el cansancio la canción  compuesta para esa campaña de concientización, los empresarios acceden a colaborar en la limpieza de la ciudad, incluso designando a uno de sus empleados para recolectar los desechos tóxicos.

Buena idea ¿no les parece? Descabellada, pero buena.

Después de todo este choro que me aventé, ustedes se preguntarán ¿y qué chingados tiene que ver esa caricatura con nosotros?¿estará borracha o demente la columnista?

La respuesta es sencilla.

Ante la problemática de la basura se deben buscar soluciones novedosas e incluso extremas, porque el hecho es que todo parece indicar que en esta batalla contra la basura la ciudad y los vecinos la estamos perdiendo.

¿Se han dado una vuelta por las calles?

Las montañas de basura se apilan en las esquinas de las colonias y nadie parece urgir a la empresa encargada de la recolección para que hagan su trabajo.

Pero no es solo responsabilidad de los recolectores, los ciudadanos tienen también participación en este problema que representa la basura.

Por años he luchado con la mala costumbre de las personas de dejar las bolsas de desechos afuera de las viviendas o en las esquinas, porque los perros callejeros destruyen las bolsas y dejan toda la basura regada por la calle, pero no he logrado nada.

A nadie le importa que cada tercer día su calle se convierta en un foco de infección por la basura que se queda tirada y que nadie limpia.

A propósito de las soluciones extremas, no les parece que ya deberíamos todos como sociedad asumir una actitud responsable y además de exigir a las autoridades que le truenen el chicote a la empresa recolectora, comprometernos a mantener limpia la parte que nos corresponde de nuestra calle, de no tirar basura, de usar menos desechables, de no contaminar ¡¡¡CARAJO!!!!

Ejemplos de las consecuencias funestas de taponar las calles y los drenajes con basura, los tenemos a la vuelta de la esquina, pero parece que nadie aprende.

Ya estamos grandecitos.

Palabras más, palabras menos.

El combate a los huachicoleros se ha convertido en Hidalgo en una lucha de todos contra todos. El Presidente empecinado de enfrentarlos caiga quien caiga, la autoridad estatal decomisando millones de litros de combustible y poniendo a disposición de los delincuentes, que luego salen muy campantes para volver a su negocio. Las persecuciones y la vigilancia de uno y otro bando creando psicosis y la ciudadanía en medio, ya ve usted lo que paso en Tlahuelilpan.

Total que en esto de coordinarse para hacer un frente común, parece que se olvidó la cuatitud.