Llegó por fin el día. Hoy, los estadunidenses que decidan acudir a las urnas aprobarán o reprobarán la gestión que hasta ahora ha tenido su presidente, Donald Trump.
En las elecciones de este día, los votantes decidirán la conformación de su Cámara de Representantes, de su Senado y, en 36 estados, elegirán a su próximo gobernador.
En juego están 435 escaños de la Cámara baja, así como 35 de las 100 senadurías.

La conformación actual del Senado es de 51 republicanos y 49 demócratas. En caso de empate en alguna votación, el vicepresidente, Mike Pence, de acuerdo al artículo 1 de la Constitución, puede emitir el voto del desempate.

En la Cámara de Representantes, los republicanos gozan hasta hoy de una cómoda mayoría: 241 contra solo 194 demócratas.

De las senadurías, 33 serán votadas en elecciones ordinarias y dos en elecciones extraordinarias. Los ganadores estarán seis años en su cargo, del 3 de enero de 2019 hasta el 3 de enero de 2025. De las 35 senadurías en juego, 26 están en poder de demócratas, incluidos dos independientes que regularmente votan con ellos; nueve están en poder de republicanos.

De acuerdo con las encuestas, no hay garantía de que los demócratas mantengan en su poder las senadurías por Florida, Indiana, Minnesota, Missouri, Massachussets, Dakota del Norte, Nueva Jersey, Ohio, Wisconsin y Virginia Occidental. Esas mismas encuestas dan por asentado que sí conservarán las de California, Connecticut, Delaware, Hawaii, Massachusetts, Maryland, Maine, Michigan, Minnesota, Virginia, Vermont y Washington.

En lo que atañe a las senadurías hoy ocupadas por republicanos, no es seguro que mantengan las de Arizona, Mississippi, Nevada, Tennessee y Texas. Las que seguramente retendrán son las de Nebraska, Utah y Wyoming.

No hay que olvidar que en algunos estados se elige a los dos senadores y que un partido puede ganar las dos elecciones. De acuerdo con la mayoría de los analistas estadounidenses, es poco probable que el Partido Republicano, el de Trump, pierda el control del Senado.

Las cosas se ven diferentes en la Cámara de Representantes, donde, de acuerdo con los mismos analistas, los demócratas podrían ganar el número de escaños necesarios para convertirse en el partido mayoritario. Algunas proyecciones dan un 80% de probabilidades de que ganen unas 39 elecciones distritales, lo que le daría una mayoría de 234 congresistas. De ocurrir esto, se acabaría la presidencia abusiva de Trump, la cual ha tenido como cómplices a los republicanos en ambas cámaras, quienes se han negado a investigar, por ejemplo, el involucramiento de Rusia en las elecciones de 2016, los negocios de Trump en Rusia y Arabia Saudita, además de las declaraciones de impuestos que el presidente se niega a hacer públicas, tal vez porque ahí se verían todos los probables negocios casi ilegales que ha realizado durante años.

De quedarse hoy los demócratas con el control de la Cámara de Representantes, podría ser el inicio del fin de la sorprendente y meteórica carrera política de Donald Trump. Claro que todo depende de que las encuestas no vuelvan a fallar y de que al presidente no se le ocurra algo que le dé popularidad rumbo a las elecciones de 2020. Si alguien ha demostrado tener capacidad para sorprender y hacer que lo trivial se vuelva importante ante los ojos de los votantes, es este populista, demagogo y nacionalista. No hay que subestimarlo.

Eduardo Ruiz-Healy