Que quien protagonizó un nuevo atropello es el recién nombrado director de Comunicación Social del Congreso del estado, Alfredo Dávalos, quien prohibió ayer a la comparecencia del secretario de Gobierno, Simón Vargas, el ingreso a los fotógrafos de los medios de comunicación, bajo el argumento de que él y sus subordinados eran los únicos autorizados para tomar foto y video para después difundirlo a los medios que ellos decidieran ¡Vaya, qué rápido se mareó! Que no se le olvide que las sesiones son públicas y es un derecho de los ciudadanos. Esperemos que el coordinador del Congreso, Ricardo Raúl Baptista, corrija hoy este error cuando el secretario de la Función Púbica, Israel Félix, rinda cuentas ante los diputados.

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que  quien podría regresar al gobierno estatal como secretaria de Desarrollo Social es la excandidata priista a diputada federal Sayonara Vargas Rodríguez, quien suena fuerte para sustituir a Daniel Rolando Jiménez Rojo. Otro que también se rumora dejaría su responsabilidad es el secretario de Seguridad Pública, Mauricio Delmar Saavedra, sin que suene un nombre en especial.  Lo cierto es que en esta importante área se tendría que echar mano de un muy estricto y escrupuloso manejo para decidir qué perfil pudiera ocupar el cargo.

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que quien se acreditó como trabajadora sindicalizada sin serlo es Rosa María Gómez, coordinadora administrativa de la Dirección de Giras del ayuntamiento de Pachuca. Lo anterior, porque a dicha funcionaria le solicitaron que trabajara después de su horario laboral, a lo que contestó que no, porque su sindicato no se lo permitía, pero simplemente no quiso laborar. Mientras muchos ciudadanos no encuentran empleo, otros se dan el lujo de negarse a laborar, aun cuando está de por medio el pago de tiempo extra.

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que,   tras el anuncio del alcalde de Tula, Gadoth Tapia, de que habrá cambios en la administración, más de un funcionario ya busca chamba, entre ellos el titular del Instituto de la Juventud, Sebastián Ogando, cuyo único talento es ser hijo del contralor del PRI estatal, Eduardo Ogando, el mismo que subió de manera violenta a la tribuna del Congreso de Hidalgo y le quitó a la fuerza los micrófonos a los diputados de Morena.