No cabe duda de que la sociedad y la política mundial está viviendo una total transformación y con ella muchos de los ideales que alguna vez se plantearon quedarán como parte de la historia. Cada día que pasa estamos viendo como en los distintos continentes se viven problemas de gobernabilidad y de estabilidad tanto política, económica y social. En muchos lugares este hartazgo se está reflejando en las calles, tan solo veamos las protestas que sucedieron estas últimas semanas en Hong Kong, Ecuador, Iraq, Reino Unido y que decir de las que hemos vivido recientemente en nuestro país. Los modelos económicos y sobre todo las promesas de mejorar la calidad de vida de la mayoría de la población del planeta no están siendo exitosos. Países que le han dado un giro al “capitalismo” queriendo encontrar un punto intermedio con el “socialismo” se han topado que tampoco es la solución. En medio de toda esta problemática algunas de las instituciones y organismos que se originaron después de la Segunda Guerra Mundial están viviendo momentos críticos en su subsistencia. El caso que más nos debe preocupar es el de la Organización de las Naciones Unidas. Este organismo se creó con el objeto de mantener la paz en el mundo, así como para proteger los derechos humanos de la población, ayudar a los países con problemas humanitarios, apoyar el desarrollo sustentable entre otros. La manera en que se financia el organismo es de acuerdo con una aportación voluntaria que hacen los países miembros que va de acuerdo con el tamaño de su economía.

Esta semana, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres comentó que el organismo podría quedarse sin liquidez para pagar los compromisos financieros a finales de octubre, esto si los miembros no dan su aportación. Mencionó que únicamente el 70% de los países lo han hecho y que tienen un déficit de 230 millones de dólares. Dentro de las medidas que ha tomado el organismo para enfrentar esta crisis se encuentra la cancelación de reuniones y conferencias, así como la restricción de viajes por parte del personal. Uno de los países que no ha pagado y que carga con una gran parte del presupuesto por el tamaño de su economía es Estados Unidos. Al ver los comentarios del Secretario General, el presidente Trump de inmediato emitió un tweet pidiendo que hagan que los demás países también paguen, no únicamente el suyo. Dentro de los países que no han pagado este año su cuota se encuentra México. Será muy lamentable que la operación de este organismo se vea acotada por la falta de recursos, va a ser muy importante conocer la postura de nuestro país ante el pago, así como de las otras naciones que no lo han hecho. Por el bien de la humanidad a nadie le conviene que desaparezca la ONU ni sus programas. Debe seguir existiendo una mesa en donde dialogar, lograr consensos y acuerdos, una institución que vele por los derechos humanos de las y los habitantes de todas las naciones. Esperemos que la crisis que atraviesa sea sólo un tema temporal y por falta de recursos económicos y que no sea un tema político el que esté entrampando el flujo de dinero que necesita para operar el organismo.