CONSCIENTE de que Morena cojea por la falta de estructura territorial en el Noreste, el equipo de Andrés Manuel López Obrador ha comenzado a coquetear con el ex candidato independiente a la gubernatura coahuilense, Javier Guerrero. POR LO QUE se cuenta, la secretaria general morenista, Yeidckol Polevnsky, sostuvo en días pasados una laarga charla con quien fuera subsecretario de la Sedesol, bajo el mando de Rosario Robles. El tema en la mesa, obviamente, fue analizar el proceso electoral.

LO QUE se sabe es que la morenista le pidió a Guerrero meterse de lleno a la campaña de AMLO y apoyar la coordinación electoral en Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, así como participar en proyectos estratégicos a nivel nacional.

QUIENES lo vieron dicen que el ex diputado federal priista no dijo ni que sí ni que no, pero que salió de la reunión con una sonrisota que no se la podrían quitar ni con cirugía plástica…

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A VER, A VER, por ahí andan diciendo que en el INE se hicieron de la vista gorda con el spot de Mexicanos Primero porque quieren mantener la buena relación con las televisoras. Que con el debate presidencial revivió el romance… ¡y no quieren que se apague!

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VAYA GOL le acaba de meter la Federación Mexicana de Futbol a la tranquilidad de los gobiernos de Chiapas y Oaxaca. Y fue por dinero… para variar. RESULTA QUE en la final de la Liga de Ascenso se juega el llamado Clásico del Sureste, entre el equipo oaxaqueño de los Alebrijes y los Cafetaleros de Tapachula. Pero, ¡árbitro vendido!, los directivos del futbol mexicano salieron con que ninguno de los dos equipos podrá subir a la primera división, la Liga MX.

LA ABSURDA decisión de dejar sin ascenso a la Liga de Ascenso no sólo cayó mal entre los seguidores de los equipos, sino que se está convirtiendo en un problema social en ambos estados, que ya de por sí son conflictivos.

DE AHÍ que lo que menos quisieran las autoridades chiapanecas y oaxaqueñas es que la frustración se desborde de las canchas. A ver pa’ dónde rueda el balón.

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EL OTRO DÍA en un mitin en Washington, Michigan, los seguidores de Donald Trump coreaban “¡Nobel!, ¡Nobel!, ¡Nobel!”, para pedir que le den el Premio Nobel de la Paz porque, según él, acercó a Corea del Sur y Corea del Norte. Y AUNQUE suena un poco extraño…, ¡que se lo den! Preferible que esté entretenido con los coreanos… ¡y no con los vecinos!