MÁS SECUELAS que la película “Sharknado” está teniendo el asunto de las camisetas con publicidad de Samuel García, el senador electo cuyo caso será revisado ahora por la Sala Superior del Tribunal Electoral.

ES CLARO que el político de Movimiento Ciudadano está que no lo calienta ni el sol, pero dicen que el dueño… perdón, el dirigente nacional de ese partido, Dante Delgado, anda incluso más preocupado que él.

Y ES QUE, si se llegara a anular la elección al Senado en Nuevo León, a los naranjas se les restarían esos votos de su total nacional, por lo que perderían dos senadurías plurinominales… entre ellas, ¡la del propio Dante! A ver cómo acaba esa comedia que, por cierto, no tiene nada de divina.

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CON UN DESAYUNO de la Conago, en el que el invitado especial será Andrés Manuel López Obrador, comenzarán la próxima semana los gobernadores.

LA IDEA es revisar los pendientes de su anterior reunión y planear las giras que el Presidente electo tiene planeadas a partir del 16 de septiembre a las 32 entidades en las que, además de los consabidos mítines multitudinarios, quiere que los gobernadores lo acompañen en diversas actividades.

ASÍ ES QUE más les vale llevar su agenda y un marcador para abrir espacios para cuando les toque la visita del tabasqueño.

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QUIEN podría viajar pronto a La Habana es la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, pues les prometió una visita a los jerarcas cubanos. Lo que no se sabe aún es si va por su cuenta o si les llevaría un mensaje de “Ya saben quién”.

Y MIENTRAS en Cuba la esperan con los brazos abiertos, cuentan que en donde no le querían ver era en Chihuahua, donde dicen que andaba en negociaciones para retener la alcaldía de Ciudad Juárez a cambio de ceder posiciones al PAN y al PT.

NOMÁS que, según cuentan, desde una casa ubicada en la colonia Roma le mandaron decir que ni se atreviera a promover un cambalache de ese tipo. ¡Ouch!

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DICEN que nomás faltó un mariachi cantando “Las Golondrinas” para cerrar la que fue la última comida de las -muy reducidas- nuevas bancadas del PRI con quien pinta para ser el último inquilino de Los Pinos.

FUE EL jueves cuando Enrique Peña Nieto recibió en un salón mucho más pequeño que los que se usaban en otras épocas a los diputados y senadores tricolores para comer con ellos.

Y AUNQUE todo el acto se dio en un ambiente cordial y sin recriminaciones por la debacle electoral, dicen que el plato fuerte fue… ¡la nostalgia!