A propósito del ya cercano 10 de mayo ¿Se ha puesto a pensar si la violencia contra las mujeres, muchas de ellas madres de familia, ha disminuido con la famosa campaña del Día Naranja?
Como todos los días 25 de cada mes encontré por las calles a decenas de mujeres, en su mayoría empleadas de gobierno, que portaban una blusa, camisa o playera de color naranja y con ello mostraban su solidaridad a la no violencia contra mujeres y niñas o al menos eso es lo que se cree, porque, ya tratando de profundizar en el tema, la realidad es otra.
Le cuento.
Me llamó la atención esa medida de utilizar un atuendo de color naranja, por lo que fui a investigar el origen de esta campaña y resulta que ese color representa un futuro brillante para las niñas y las mujeres. ¿Les cae que con
una blusa de color naranja están garantizado el futuro de
las mujeres?
Hemos vivido en el error todas las mujeres del mundo mundial.
Fue el 25 noviembre de 1999 cuando la Organización de Naciones Unidas decretó que ese día se conmemorara la lucha contra la violencia hacia las mujeres y las niñas.
Así que con esa sencilla información, quise conocer qué tanto saben las mujeres sobre la campaña, de lo que representa el día y me sorprendieron algunas respuestas.
Primero pregunté si sabían el significado del color naranja en la campaña para evitar la violencia contra las niñas y las mujeres y resultó que el 80 por ciento de las personas encuestadas no conocían el significado y solo se referían a que es un color llamativo.
Algunas mujeres comentaban que no es el color favorito de la mayoría y otras aseguraban que, de plano, les chocaba usarlo, por la sencilla razón de que las obligaban a hacerlo.
Cuando se cuestionó la razón de que sea el día 25 de cada mes el día naranja, 80 por ciento dijo desconocerla y solo tenían vagas referencias de la lucha contra la violencia.
Afirmaban, con cierta molestia, que el vestir de naranja no las iba a salvar de las madrizas que les ponían sus compañeros y que las agresiones estaban a la orden del día, sobre todo cuando usar la ropa naranja no era por convicción sino por imposición.
Hubo comentarios de todo tipo, pero el que realmente me impactó fue el de una mujer ruda que, ya encabronada, preguntaba que si los tambos donde ahora han aparecido cuerpos de mujeres los iban a pintar de naranja, como para que se visualizara la saña con que son asesinadas las mujeres.
“Que no chinguen ¿en verdad creen que con su frasecita “Pinta tu mundo de naranja “ va a ser suficiente para que ya no nos golpeen, sometan, humillen, violen, mutilen o asesinen?”, preguntaba la mujer.
Así que, antes de que llegue de nuevo el día 25, los encargados de poner en marcha la campaña “naranja” deberían evaluar qué tanto la han hecho suya las mujeres, la convicción con que la asumen o si de plano las mujeres están pensando, “ya chole con el naranja”.
Palabras más, palabras menos
Se acerca el 10 de mayo y, en muchas familias de Tlahuelilpan, los huachicoleros dejaron luto y tristeza. En decenas de hogares nada habrá que celebrar, ya sea porque la madre falleció o porque los hijos ya no están para festejarlas.
Este quizá sea uno de los ejemplos más contundentes de las consecuencias de lo que una práctica delictiva, como la perforación de ductos, puede ocasionar. La destrucción de las familias y la tristeza de madres e hijos que se perdieron por unos cuantos litros de combustible y en que solo se enriquecen unos cuantos huachicoleros, la verdad no vale la pena.