Muchos viajeros que visitan Hidalgo buscan una experiencia completa y Atotonilco el Grande promete cumplir con sus expectativas.
A 37 kilómetros de Pachuca y muy cerca de los pueblos mágicos, esta joya del territorio hidalguense llamará la atención por sus fiestas tradicionales, sus artesanías, sus maravillas naturales, como las cascadas El Carmen y Bandola, las grutas de Tianguillo y Sanctorum, y su exconvento agustino.
Si aún no tienes plan para el fin de semana, date una vuelta por este bello municipio.
Exconvento Agustino del siglo XVI
Construido bajo la orden de Fray Juan de Sevilla entre 1542 y 1562, siendo el primero realizado en tierras otomíes por la orden de San Agustín. Al interior no dejes de observar sus capillas laterales y su claustro anexo con pintura mural relacionada a la Pasión de Cristo. Es, sin duda, la mayor joya de Atotonilco. Esta impresionante construcción sorprende por sus grandes contrafuertes y almenas. Quizás, su aspecto más curioso sean las representaciones que adornan las escaleras del convento, en las que se aprecia a San Agustín rodeado de filósofos de la antigüedad.
El ecoparque El Comalillo
Para los más aventureros, Atotonilco El Grande tiene una gran oferta como: El ecoparque El Comalillo donde podrán practicar la pesca recreativa, el kayak, el senderismo y dar paseos en lancha de remos, además de observar y fotografiar la flora y fauna local.
Puente de Dios
Uno de los atractivos naturales más impresionantes de Atotonilco. Curiosísima formación rocosa que cruza el río Amajac de 80 metros de altura. Existe una leyenda según la cual este puente natural se formó cuando un ermitaño que vivía en una cueva cercana se vio perseguido por el diablo disfrazado de hermosa mujer. Incapaz de cruzar el río, imploró a Dios que lo ayudará. Este atendió sus suplicas creando esta maravilla natural.
Para relajarse, nada mejor que el balneario conocido por las propiedades terapéuticas de sus aguas termales que brotan a 40 grados de temperatura. Este recinto cuenta con un parque acuático de albercas, toboganes y chapoteadotes que harán las delicias de chicos y grandes, además de hotel, restaurante, cafeterías, tiendas, spa y todo lo necesario para hacer inolvidable la estancia.
La laguna Sin fondo
En el poblado llamado Tizahuapa existe una laguna, que, según relatos de los pobladores de los lugares aledaños, no tiene fondo, esto se debe a que se trata del cráter de un viejo volcán.
Sin duda, Atotonilco El Grande, tiene todo para complacer todos los sentidos del viajero más exigente.
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