Encuentran fosas prehispánicas en la Ciudad de Méxicdo
 
Hace (68) meses
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Veintiséis fosas de los periodos Formativo Medio (700 a 400 a.C.) y Formativo Tardío (400 a 200 a.C.) fueron halladas por arqueólogos del INAH en un predio colindante al decimonónico panteón San Rafael, en la Colonia La Otra Banda, al sur de la CDMX.

Las oquedades se encuentran a una profundidad que oscila entre 1.23 y 3.30 metros bajo el nivel de la calle, informó el INAH a través de un comunicado.

“Los contextos nos sugieren que estamos ante una aldea donde se realizaban actividades especializadas. La altura, la posición geográfica y estratégica, nos señala que la gente de esta loma pudo tener un control mayor sobre ciertos recursos, en comparación con la aldea de Copilco”, explicó Antonio Balcorta, de la Dirección de Slavamento Arqueólogico (DSA) del INAH.

De acuerdo con Balcorta, las fosas tronconónicas -como 11 de las halladas- suelen asociarse a espacios habitacionales y tenían la función de contener materiales de desecho, ser lugares de almacenamiento de granos y de artefactos al igual que de uso funerario; sin embargo, las características de un par de estas fosas podrían indicar la realización de labores cotidianas efectuadas sólo por mujeres.

“Es el caso de baños de vapor con hierbas, como parte de los cuidados perinatales, pues mezclados con restos de carbón hallamos un semicírculo formado por cantos rodados y basaltos pegados a la pared, que se encuentran rotos o estrellados por una constante exposición al fuego”, detalló el especialista.

Para confirmar esta hipótesis, se hace el registro y toma de muestras de distintos puntos de las fosas: la boca o entrada, las paredes y fondo de las mismas, así como de las distintas capas de tierra y cantos rodados, con el objetivo de efectuar análisis químicos y de polen a cada una de ellas.

“Nuestra propuesta también se apoya en que en el tapón de las fosas y dentro de las mismas se han registrado más de 130 figurillas que en su mayoría representan a mujeres embarazadas (e infantes en menor medida). Estas piezas lucen pigmentación roja, amarilla y negra en el rostro, cuello, vientre, ombligo, manos y piernas.

“Aunque no se trata de un espacio dedicado exclusivamente al cuidado perinatal, es probable que estuviera asignado a las mujeres y administrado por ellas mismas. El Preclásico o Formativo es un periodo en que las sociedades se vuelven más complejas y empieza la especialización del trabajo, por eso no es de extrañar que la mujer esté jugando un papel fundamental”.

La arqueóloga Montserrat Alavez añadió que otro hallazgo que sustenta la hipótesis de que parte del área fue utilizada para cuidados previos y posteriores al parto fue la localización de los entierros ofrendados de un par de niños de 1 año, aproximadamente. El primero de ellos fue colocado como parte del tapón de la fosa, mientras que al interior de la misma estaba el entierro del segundo, al que se dispuso una cuenta de piedra verde en la boca.

Salvo un par de intrusiones que se realizaron en el siglo 19 para buscar tepezil en el terreno -un material utilizado para la construcción-, y que afectaron al menos cuatro fosas prehispánicas, una veintena se localizó en perfecto estado de conservación, destacó el INAH.

De las 26 fosas localizadas en el Callejón La Otra Banda, 20 corresponden al 700-400 a.C. De esta temporalidad se registró una que, por lo angosto de su boca (58 cm) y su profundidad (1.70 metros), debió servir como granero. También se localizó un entierro primario (en relación anatómica) de un adulto femenino que presenta deformidad craneal tabular oblicua y objetos asociados, como cajetes y vasijas.

Dentro de una pequeña fosa rectangular y bajo un cajete que fue roto como parte de un ritual, se hallaron los restos de un perro, mientras que otro entierro femenino, pero de la fase Ticomán (400-200 a.C.), fue localizado en una oquedad más, asociado con un cajete, herramientas para la molienda, un metate y artefactos de sílex, entre otros materiales.

Balcorta expuso que, al estar realizadas en una capa de arcilla limosa, la intemperie facilita el colapso de las fosas.

“Una vez que comenzamos a excavar las fosas conservadas por 2 mil 700 años, las trajimos de nuevo a la vida, pero al mismo tiempo comenzaron a morir”, comenta sobre el destino de las oquedades.
[[¡Un recorrido histórico!]]
Apoyados por un equipo de trabajadores, los arqueólogos del INAH Antonio Balcorta y Montserrat Alavez han invertido cuatro meses de trabajo hasta llegar a este nivel de excavación y extracción de materiales, en este sitio que albergará un proyecto inmobiliario.

“Hasta el momento hemos detectado cuatro etapas ocupacionales, cuatro épocas históricas vinculadas con el inicio del siglo 20, el Porfiriato, el México Independiente y la época prehispánica”, puntualizó Balcorta.

Entre los hallazgos en los niveles superiores de la excavación hay vestigios de una casa de tipo rural de fines del siglo 19 e inicios del 20, hecha con bloques de adobe y tepezil, techos de ladrillo y viguería, y pisos de ladrillo.

También se encontraron restos de municiones de una batalla que en 1914 libraron carrancistas parapetados en la antigua fábrica de papel, contra zapatistas que se hallaban justo en la ribera sur del río Magdalena, a un lado del panteón San Rafael; además de cimientos de tezontle y basalto de habitaciones del siglo 19, en asociación con cerámica llamada Oaxaca policromo que se elaboró entre 1800 y 1900.

“(Bajo ese nivel) no tenemos presencia de asentamientos de periodos prehispánicos más cercanos. Hay un lapso de dos mil años sin evidencia de presencia humana, lo cual nos remite a las actividades volcánicas registradas en el sur y sureste de la cuenca (años: +/- 50 a.C. a 280 d.C.) que condujeron a su abandono”, apuntó Balcorta.

 

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