Ronda en Badiraguato sombra de el Chapo
 
Hace (62) meses
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Aquí a Joaquín “El Chapo” Guzmán se le venera, no se le juzga.

A 110 kilómetros de esta cabecera municipal se encuentra La Tuna, una comunidad de Badiraguato con apenas un centenar de habitantes, donde un 4 de abril de 1954 nació el capo del Cartel de Sinaloa.

Los lugareños afirman que pocos lo conocieron, pero fue una “presencia” permanente que tenía un efecto positivo en la economía de la región, pero desde su recaptura, en enero de 2016, algunas rancherías han resentido su ausencia.

El martes pasado, platican, en algunos pueblos hubo lágrimas, cuando un juez en Nueva York lo declaró culpable de 10 delitos, entre ellos traficar droga a Estados Unidos y lavado de dinero, por lo que podría purgar cadena perpetua.

“Fue una tristeza escuchar eso porque él ayudó mucho aquí, hizo muchas escuelas, carreteras en toda la sierra, ayudaba a mucha gente. Uno se siente triste verlo en la televisión ahí golpeado cuando fue bueno con la gente”, dice Enrique Guerrero, quien en su juventud fue regidor.

Mientras intenta salir del Parque Alameda, donde llegaron más 3 mil personas para escuchar al Presidente Andrés Manuel López Obrador, el hombre de 85 años ríe cuando se le pregunta qué sintió cuando escapó “El Chapo”, en julio de 2015.

“Dije: ¡Uy que bueno, ya estuvo! Pero volvió otra vez a la cárcel”, agrega.

Entre las primeras filas, atentos al mensaje del tabasqueño, está una decena de jóvenes preparatorianos de la ranchería Santiago de los Caballeros, que ven al narcotraficante como un ídolo.

“Neta, neta, desde que lo agarraron, allá en el rancho pura ruina; allá todo mundo tenía cualquier trabajito en la siembra y lo ayudaba”.

“Yo tengo un abarrote (una tienda) y en esos tiempos vendíamos que qué bárbaro y ahorita nada se vende, nada, nada.

“Cuando se escapó y regresó para allá para aquellos ranchos (cerca de La Tuna) la gente consumía mucho, ahora andamos mal, teníamos la esperanza de que se volverá a escapar. El martes lloramos, nos partió el corazón”, dice Yoselin, una joven de 15 años.

Seguras de su historia, con naturalidad, hablan de los líderes del narcotráfico que nacieron en este municipio, como Rafael Caro Quintero, de 66 años y conocido como líder del Cártel de Guadalajara, prófugo de la justicia desde 2015, luego de que lo habían liberado en 2013, y de Ismael “El Mayo” Zambada.

“Si Caro Quintero no tuviera aquí con su gente, allá en La Noria estaríamos en la ruina, de lo peor, porque como quiera le da trabajos a la gente, y del Zambada ni hablar, ese nos pagó bien”, afirma Cristel, otra joven preparatoriana.

Movilización juvenil

Como en pocos actos públicos de López Obrador, se nota un gran porcentaje de jóvenes entre los 13 y 30 años; muchos llegaron en autobuses directamente de sus escuelas.

Nadie se atreve a hablar de que un sector de la población, especialmente de jóvenes, se dedica a la siembra de marihuana y amapola en la sierra sinaloense.

Algunos hombres mayores argumentan que sólo un 10 por ciento de la población se dedica a eso, el resto, defienden, estudia o trabaja en el campo, negocios o ganadería.

“Es que aquí no tienes fuentes de trabajo, tienes que mantener a la familia buscar la manera y esa es la manera más viable. Unos ven que el primer año les va bien, y le siguen hasta alcanzar otro cargo en esas organizaciones”, afirma Oscar Guadalupe.

A unos metros del Parque está una base militar, pero los uniformados no se dejan ver. La seguridad está a cargo de policías estatales y los llamados “siervos de la nación”, aunque en algunos puntos, hombres vestidos de civil, pero de corte militar, cuidan el paso del tabasqueño.

López Obrador llegó en una camioneta Suburban proporcionada por el Gobernador de Sinaloa, y en su trayecto se instalaron tres puntos vigilados por soldados.

Antes de despedirse, el tabasqueño pidió no estigmatizar al municipio de Badiraguato, y llamó a la reconciliación para conseguir la paz.

“Ahí está, por ejemplo, el pueblo de Atlacomulco, y de ahí es un grupo político, y le dicen el Grupo Atlacomulco.

“¿Y qué tiene que ver el pueblo con eso? Nada. Lo mismo Badiraguato, es gente buena, es gente trabajadora. Además, qué dice la Biblia, que no hay que emitir juicios temerarios”

“¿Y qué otra cosa también dice? La sabiduría de que no se puede hacer leña del árbol caído”, cerró.

 

Érika Hernández
Agencia Reforma

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