Alrededor de 3 mil personas se reunieron esta tarde en el campo de cultivo de la comunidad de San Primitivo, Tlahuelilpan, donde el pasado 18 de enero una toma clandestina explotó y cobró la vida de 118 individuos, hasta el momento.

En el lugar, el arzobispo de Tulancingo, Domingo Diaz Martínez, dirigió un sermón a los familiares de la la tragedia, la cual, afirmó, dejo enseñanzas sobre el cuidado de la vida.

“Tenemos la obligación de cuidar la vida; cuidemos nuestra vida. La vida de cada uno de ustedes vale mas que todo el petroleo de México”, dijo.

A la ceremonia acudió el secretario de Gobierno, Simón Vargas Aguilar, así como el alcalde de Tlahuelilpan.

Emmanuel Rincón

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