En Hidalgo, la tradición artesanal se ha mantenido a través de los años y ha crecido en todas las regiones, con un legado de generaciones que hoy nos permite disfrutar de diferentes productos y alimentos preparados por manos hidalguenses. En algunas comunidades de Mineral del Chico se elaboran dulces, juguetes y accesorios para los visitantes.

El señor Pascual Ángeles Escamilla, de la comunidad de El Puente, elabora productos como el ate de manzana y dulces de tamarindo. Él recolecta y limpia las manzanas, les quita el centro y las semillas para ponerlas a cocer con azúcar, canela, anís y piloncillo.
Con el fin de lograr una consistencia suave, mueve la mezcla durante seis horas en un cazo de cobre, luego la pone en moldes y espera a que seque.

El ate de manzana es un dulce que su madre le enseñó a elaborar para consumir en casa, y él ahora lo comparte con los visitantes. Sin duda, hay que probarlo, y si se puede con un trozo de queso, mucho mejor.

Otro artesano que comenzó a trabajar de forma autodidacta es el señor Adrián Palafox Juárez, de la comunidad de Carboneras, quien desde hace cinco años elabora artesanías con bellotas como accesorios de vestir, artículos de decoración y utilitarios. “Yo pensé en ofrecer productos hechos por mí, no revender. Recolecto las semillas de la orilla del camino, no del centro del bosque, porque afectaría el nacimiento de un nuevo árbol”, dijo.

Otra artesana de Mineral del Chico es la señora María Lucía Cabrera Jiménez, quien desde hace 22 años colabora en el taller de platería de Fernando Manzano. Entre las técnicas que utiliza están la cera perdida, laminado, además de troquelado. El tiempo de elaboración para un anillo es de hasta tres días.

También de Carboneras, la señora Lina Palafox Gómez prepara buñuelos con ingredientes diferentes a los tradicionales. Ella los hace con miel de abeja y ajonjolí, la mayoría son horneados y con poca grasa en la masa. El objetivo, dice, es que sea sano y diferente.

Además, la artesana ofrece pinole que prepara con maíz azul tostado, naranja, azúcar y canela. Con él se pueden hacer licuados, mezclar con atoles y café con licor.

La elaboración dura tres horas para dorar el maíz y luego moler en el molino.

La invitación de los artesanos es para que cuando visites El Chico pases al mercadito de artesanías a probar y conocer todo lo que las manos hidalguenses crean.

Sara Elizondo I Pachuca