Para quienes disfrutan la lucha libre, el museo de El Santo es una opción para visitar este fin de semana.

Rodolfo Guzmán Huerta, conocido como El Santo, el Enmascarado de Plata, nació el 23 de septiembre de 1917, en Tulancingo.

Para mantener viva su leyenda se creó el sitio ubicado en la calle con el mismo nombre del luchador, 108, colonia Ferrocarrilera, segunda sección. El horario de atención es de martes a viernes de 9:00 a 20:00 horas; sábados y domingos de 10:00 a 18:00. El acceso es gratuito.

En la sala dedicada al héroe mexicano, hay pósteres de las películas en las que participó, fotografías, historietas, una escultura de tamaño real en la que los visitantes simulan una llave de la lucha libre y una exposición textil inspirada en el personaje mexicano.

El museo también pone a disposición audios en los que se narra la biografía del famoso tulancinguense. Entre los datos curiosos, se comenta que fue de los pocos luchadores que no perdió su máscara en combate y que fue rudo al inicio de su carrera hasta que protagonizó las películas en las que enfrentó a vampiros, brujas y zombis, lo que lo convirtió en el héroe del público infantil.

El personaje
Usó los nombres de Rudy Guzmán, el Hombre Rojo, El Enmascarado, El Incógnito, Demonio Negro y Murciélago Enmascarado II, este último fue una copia de otro famoso luchador. En 1942, su entrenador Jesús Lomelí quería formar un nuevo equipo de luchadores plateados. Sugirió tres nombres: El Santo, El Diablo o El Ángel; Rodolfo optó por el primero y así surgió una leyenda.

Trayectoria:
Rodolfo Guzmán Huerta nació el 23 de septiembre de 1917 en Tulancingo. Aprendió jiu-jitsu y lucha grecorromana.
Trabajó en una fábrica textil, al tiempo que aprendió lucha libre entrenando con sus hermanos Miguel y Jesús.
Debutó a los 16 años de edad, en la desaparecida arena Anáhuac. Como El Santo, lo hizo en la arena México, en la colonia Doctores.