La exhacienda pulquera de San Antonio Tlochatlaco es un lugar cuya historia comenzó en el siglo XVIII, etapa de auge de la producción y distribución del pulque en la zona centro del país. Hoy en día, en el recinto se observa el legado de aquella época, así como del paso de los años en la Casa-Museo del sitio, junto con elementos de la vida cotidiana.

El propietario de este lugar, Carlos Aldasoro Zetina, quien forma parte de las ocho generaciones de familia que han vivido en la hacienda, comenta que se le puede dar el significado del lugar de la deidad del pulque: el conejo.

Los orígenes del recinto datan de 1780. Fue hasta 1920 que estuvo en constante crecimiento en sus tierras, pues llegó a tener cerca de 3 mil hectáreas, pero en el reparto agrario solo quedaron

200 hectáreas.

Actualmente hay un proyecto de reforestación con maguey para retomar lo que fue la hacienda pulquera, pues la producción llegó a los cien barriles diarios. La hacienda cuenta con un tinacal para 120 mil litros de producción, por lo que era la más grande el país; se pueden observar cuatro hileras de tinas elaboradas con cuero y el pelo hacia el interior.

En la época de esplendor de las haciendas pulqueras también inició el ferrocarril, por lo que en estas tierras se creó la estación de Ánimas, por medio de la cual se enviaba la bebida a cinco pulquerías en la Ciudad de México.

La casa…

Un espacio que los paseantes puedan recorrer es la Casa-Museo del lugar, donde se ubica la tienda de raya. Ahí se llevaba toda la administración de la hacienda con registros, desde hace más de cien años, que abarcan los pagos de los trabajadores por seis décadas. En este espacio se observan relojes antiguos, teléfonos y calculadoras mecánicas de diversos tamaños.

Más adelante, a un costado del jardín, hay una sala de estar dividida para las señoras, donde tomaban café, platicaban y bordaban, y para los hombres, donde jugaban billar y escuchaban la vitrola. Ahí mismo se encuentran muebles europeos y cuadros con réplicas de la presentación del pulque de la reina Xóchitl a Moctezuma y el Consejo de Ancianos de Tlaxcala; los originales están en el Museo de Arte de la Ciudad de México.

Todo el mobiliario lleva en su lugar al menos 80 años. En el comedor hay vajillas europeas de 1830 y sillas de 1920. La cocina es muy grande y bien distribuida para las diferentes tareas que ahí se realizaban: molinos para café, para semillas, nixtmal y carne, botes de leche, molcajetes, horno de pan y ollas. En el mismo espacio hay dos tipos de cocina, la de humo y la más moderna, de gas.

Cuenta con diversas habitaciones, pues, aunque la familia no era grande, frecuentemente recibía visitas y debía dar un espacio adecuado para descansar a cada uno de los familiares.  La exhacienda pulquera de San Antonio Tochatlaco es un espacio vivo, pues muchos de sus elementos aún son funcionales, al mismo tiempo que remonta al visitante a su historia y evolución.

San Antonio Tlochatlaco

• La hacienda tiene una capilla dedicada a San Antonio de Padua, en ella se celebran eventos religiosos

• Dentro de la casa hay una vitrola que aún funciona, con discos de carbón de un centímetro de grosor; además hay libros de botica y pomos para preparar los medicamentos

Contacto

Dirección: Vía Tepeapulco-Santo Tomás s/n

Para realizar un recorrido por la casa-museo es necesario hacer una reserva previa.

Sara Elizondo I Pachuca