El equipo Cruz Azul regresó a una final, después de cinco años, al vencer anoche 1-0 (1-1 global) a Rayados de Monterrey, en el partido de vuelta de la semifinal del Apertura 2018 de la Liga MX, disputado en el Estadio Azteca, ante una regular entrada.

La solitaria anotación, que le dio la igualada y el pase a la final a la Máquina Celeste, fue del argentino Milton Caraglio al minuto 55, con lo que se sacó la espinita clavada que tenía luego que en el 35 de acción falló una pena máxima. Ahora, Cruz Azul espera al vencedor de la serie entre el Club América y Pumas de la UNAM.

Con la ventaja en el global, el conjunto visitante se paró con un muro defensivo para impedir las llegadas celestes, con una línea de cinco jugadores que trabajó muy bien las coberturas, sobre todo por la banda derecha.

Pese a ese esquema defensivo, la visita generó algunas llegadas de peligro ante el marco defendido por Jesús Corona, y en cada aviso la zaga cementera pasó algunos problemas para destruir los intentos regiomontanos de gol.

Sin exigir en la primera media hora del encuentro, los dirigidos por el lusitano Pedro Caixinha se encontraron con un penalti a favor al minuto 33. El argentino Nicolás Sánchez derribó a Roberto Alvarado, en una jugada en la que Marcelo Barovero dejó el balón suelto a merced del Piojo.

El encargado de ejecutar la pena máxima fue el argentino Milton Caraglio, quien se perfiló mal y al hacer contacto con el esférico le pegó muy abajo y lo puso por arriba del travesaño de la meta de Barovero al 35’.

Para la segunda parte el anfitrión se fue con todo al frente por el tanto de la paridad y la consiguió al minuto 55, luego que Barovero dejó otra vez el balón a la deriva a disparo ahora de Elías Hernández para que Caraglio rematara y marcara el 1-0 (1-1 global).

La duda se dio en el remate del jugador argentino, que parecía estar en fuera de juego junto con otros dos compañeros en el rechace del arquero de Rayados, por lo que el árbitro Fernando Guerrero recurrió al VAR y dio por buena la anotación.

Con el global a su favor, Cruz Azul jugó al filo de la navaja al cederle la iniciativa al visitante, que llegó con mucho peligro sobre la portería de Corona, quien estuvo bien custodiado por su zaga, pero al final pidió la hora.

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