Un caballero dentro y fuera de las canchas. así es Oscar Pérez, el Conejo, quien este sábado decidió ponerle punto final a su larga y exitosa trayectoria dentro del futbol profesional.
Hablar de este portero es hablar de todo un profesional, que siempre fue respetuoso y cumplió de la mejor manera con su labor, guardando un bajo perfil, pero siendo protagonista de grandes momentos con los equipos que defendió.
Su nombre ya está inmortalizado en la historia por las múltiples marcas que rompió en los últimos torneos: jugador con más partidos de Liga MX (40), el más veterano de la Liga con 46 años, el de mayor edad con un partido en el Azteca, marcar cinco goles en su carrera y otros tantos datos que lo dejan entre las leyendas del futbol mexicano.
Como arquero de la Selección Mexicana también dejó huella tras los dos mundiales en los que defendió la camiseta tricolor, en 2002 y 2010; con letras de oro en la historia de Cruz Azul y Pachuca, clubes en los que se hizo ídolo y figura, siendo vital para triunfos importantes.
Esos goles que marcó también quedarán para la posteridad por ser un portero efectivo frente a la portería.
En lo personal, quedará sobre todo el recuerdo del buen tipo que es. Me tocó tratarlo primero como aficionado, siempre atento y amable para una foto o un autógrafo para el público y, posteriormente, como reportero; desde que era estudiante, y en algunas ocasiones nos acercamos a él para hacerle entrevistas para nuestros trabajos y, después ,trabajando en las páginas de este periódico, donde numerosas veces platicamos con él sobre distintos temas, siempre dando un punto de vista autorizado por toda la trayectoria que hizo en sus casi 26
años de carrera.
Seguramente en lo que emprenda ahora fuera de las canchas tendrá el mismo éxito que dentro y continuará distinguiéndose entre los demás.
Solo espero que los Tuzos le hagan algo similar a lo de Cruz Azul, o algún reconocimiento tras su retiro, pues ya no tuvo oportunidad de decir adiós jugando, tras dos torneos en la banca.
Alfonso Rivera
