“No me veo como un perdedor”, afirmó en la víspera de la final de Liga de Campeones, convencido de que su profecía iba a ser más fuerte que su maldición. Y así, cuatro años después de su llegada en 2015 al Liverpool, Jürgen Klopp levantó un trofeo… ¡Y nada menos que el de la Champions!

“Así es como entiendo la suerte: si trabajas (para ganar un título), llegará un día u otro”. Con perseverancia frente a la mala suerte y una constancia a toda prueba, el técnico alemán llevó al Liverpool, vencedor 2-0 frente al Tottenham este sábado en Madrid, a lo más alto del futbol europeo.

De golpe, Klopp ha entrado en la leyenda de los Reds, al nivel de los míticos Bob Paisley y Bill Shankly.

A pesar de su juego atrevido y una gestión fuera de lo común, el destino deportivo de este carismático rubio de las gafas traslúcidas, marcado por tres finales europeas perdidas, podría haber sido otro.
“¡Probablemente soy el que tiene el récord del mundo de semifinales ganadas en estas siete temporadas! Si tuviera que escribir un libro sobre eso, nadie lo leería”, admitió con humor
el viernes.

SOLO ES EL PRINCIPIO

El entrenador del Liverpool, Jurgen Klopp, se mostró feliz ayer tras ganar la Liga de Campeones venciendo 2-0 al Tottenham en Madrid y aseguró que “esto es sólo el principio para este grupo”.

“Ganar es algo muy bueno, para nosotros es importante ganar, queremos ganar, es importante que ya no nos pregunten cómo nos sentimos cuando perdemos, declaró Klopp en la rueda de prensa posterior
al encuentro.

“Quiero disfrutar, le corresponde esta victoria a nuestros aficionados”, añadió el alemán, quien afirmó sentirse aliviado tras ganar su primera Champions en su tercer partido definitorio del máximo
torneo continental.

“He jugado más finales de las que quisiera y siempre hemos jugado mejor futbol. Hoy ha sido demasiado complicado para los dos
equipos”, dijo.

AFP | Madrid