Los Tuzos del Pachuca sumaron su cuarto torneo sin poder acceder a la liguilla del futbol mexicano dentro de la Liga MX, sumando otro fracaso. Pero los fracasos no se quedan en el primer equipo, pues en las divisiones inferiores, donde dominaban hace tres, cuatro años, también han venido en picada.

En el Apertura 2016 los hidalguenses jugaron su última fiesta grande dentro de la Liga MX, hilando ahora cuatro campañas sin poder meterse a la disputa por el título: tres al mando de Diego Alonso y una bajo el de Pako Ayestarán.

En ese mismo lapso, la sub 20, que había disputado tres finales en 2014 y 2015, solamente ha logrado meterse a la liguilla en una ocasión: en el Clausura 2018, donde quedaron fuera en los cuartos de final.

En la categoría sub 17 mejoran los números, con tres liguillas en el mismo lapso, llegando a la final el torneo pasado y perdiendo por global de 3-4 con Santos Laguna.

Esos números dejan claro un punto: hay algo que está fallando en la estructura deportiva de la institución blanquiazul. Aclaro aquí que no busco señalar a un culpable con lo que viene en las siguientes líneas, pero son las estadísticas las que hablan.

Desde noviembre de 2014, fecha en que Andrés Fassi fue electo presidente de Talleres de Córdoba, en Argentina, tarea que lo obligó a dejar gran parte de las decisiones deportivas de Grupo Pachuca, las cuales recayeron en las manos de Marco Garcés, director deportivo de los blanquiazules, los números en cuanto a liguillas para las tres categorías han ido en picada, agudizándose desde inicios de 2017 hasta la fecha, es decir, casi dos años.

Ello deja claro que en lo deportivo hay algo que se está dejando de hacer en Pachuca, dentro de la fórmula que les había dado el éxito y que los había dejado como el equipo a vencer y la cantera más poderosa en los años recientes.
Y sí, la cantera ha rendido muchos frutos en ese lapso con varios jugadores que ya están consolidándose en el primer equipo, con la salida a Europa de Hirving Lozano y Erick Gutiérrez, y con la generación de más prospectos para reforzar a las escuadras del grupo, pero algo falta para volver a tener el éxito enla cancha.

Desconozco qué sea, pero es muy claro que por ahí va el problema: algo dentro de la estructura deportiva que comanda Fassi todavía, en el papel, pero que en la práctica tiene como mandamás a Garcés porque así lo han marcado los sucesos dentro de la directiva de la institución y las decisiones del dueño y presidente, Jesús Martínez Patiño.

Ahora tendrán un mes y medio aproximadamente para replantear muchas cosas, hacer un análisis y ver qué tendrán que hacer en el primer semestre de 2019 para revertir esta situación y volver a ser uno de los equipos más temibles del futbol mexicano en todas las categorías.

Ojalá así sea, y que Pachuca vuelva a ser un gran protagonista dentro del futbol mexicano. Ya extrañamos eso.

Alfonso Rivera I Pachuca