El hasta ahora único título de Inglaterra en las Copas del Mundo estuvo marcado por la polémica. En el duelo definitivo se midieron a Alemania, en lo que sería el nacimiento de una de las rivalidades más enconadas del futbol europeo. Helmut Haller adelantó a los teutones, mientras que Geoff Hurst y Martin Peters dieron la vuelta.
Wolfgang Weber emparejó sobre la hora y, en tiempo extra, llegó uno de los momentos más controvertidos de los Mundiales. En el 101’, Hurst recibió el balón en el área y sacó un disparó que superó al meta Hans Tilkowski, pegó en el travesaño, botó y fue rechazado por un defensa.
Ante la incertidumbre de los 96 mil aficionados reunidos en Wembley, el árbitro Gottfried Dienst consultó con su asistente, el soviético Tofik Bakhramov, quien concedió el gol a los locales. Hurst remató la obra en el último minuto, pero lo más recordado de esa final fue el gol fantasma que había marcado.
Hurst es todavía el único jugador que ha conseguido un hattrick en la final de un Mundial, pero tanto su logro como el de Inglaterra estarán siempre a la sombra de la duda.
Redacción I Pachuca