Croatia’s forward Mario Mandzukic smiles during a training session at Adler training ground, in Sochi on July 4, 2018, during the Russia 2018 World Cup football tournament. / AFP PHOTO / Adrian DENNIS
Apenas marcó un gol en lo que va del Mundial 2018 y brilló de forma intermitente: el indispensable Mario Mandzukic, que juega de centrodelantero con Croacia mientras que se mueve por los costados en la Juventus, debe descollar el miércoles ante Inglaterra para llevar a su selección a la final de Rusia 2018.
Hombre de entrega constante, un paralelismo de su actitud tanto dentro como fuera del campo podría describir a Mandzukic, después de que la prensa croata revelara que el goleador ha desembolsado más de 3 mil euros para pagar una ronda de cervezas a todos los habitantes de su pueblo natal, Slavonski Brod, para festejar la victoria en cuartos de final ante Rusia por penales (4-3 tras 1-1 y 2-2).
El gigante guerrero de 1,90 m y 86 kg ha desempeñado un papel clave en el dispositivo táctico de los balcánicos en este Mundial para el seleccionador Zlatko Dalic, así como también lo ha hecho en la Juve de Massimiliano Allegri.
En Croacia se mueve como punta bien definido; mientras, en la Juventus su técnico Allegri aprovecha su perfil guerrero para volcarse hacia los costados, para tapar las salidas del rival y complementarse con Gonzalo Higuaín.
“Mi reto principal es prestar una atención particular en la fase defensiva, pero al mismo tiempo contribuir en ataque”, explicaba el croata la temporada pasada a la cadena Sky Sports.
¿En selección? Su promedio de gol cae un poco, ya que ha marcado 31 tantos en 87 partidos. En Rusia-2018 marcó una sola vez, pero su tanto fue importante y sirvió para igualar frente al bloque de Dinamarca en octavos de final. También ha dado una asistencia a Andrej Kramaric para igualar ante Rusia en cuartos.
Corentin Dautreppe I AFP