No tuvo un bajón de juego como Pablo Barrera Barrera o Felipe Mora tampoco problemas disciplinarios como Luis Quintana, pero Alejandro Arribas también fue un fiasco en el Clausura 2019, él por culpa de las lesiones.

Llamado a ser el sustituto de Darío Verón tras el fallido intento con Gerardo Alcoba, el madrileño empezó a lastimarse desde su primer torneo con Pumas, aquella célebre dislocación del hombro en el Clausura 2018, pero nunca estuvo fuera tanto tiempo como en el Clausura 2019, el torneo que menos minutos disputó tras su arribo en el primer torneo de 2018, cuando jugó 16 partidos, lejos de los 9 que disputó en la competencia que recién terminó.

En 2019, su miseria fueron los isquiotibiales de la pierna derecha, los cuales le costaron estar en la tribuna 8 duelos del Clausura.

Para colmo, el problema fue creciendo, pues la lesión apuntaba en un inicio para solo 2 juegos de ausencia, pero acabó alejando a Arribas medio torneo de la zaga central universitaria.

A los malos resultados y la desesperación por los mismos se sumó la falta de disciplina de Luis Quintana, lo que obligó a Bruno Marioni a improvisar en una zona que acabó siendo un dolor de cabeza para Pumas.

Contrario a lo que pasó con su predecesor, la disciplina no es problema para el ex del Deportivo, quien en 3 torneos apenas ha visto una roja.

A Arribas le resta un año completo de contrato; habrá que ver cómo juzga su compatriota Míchel su trabajo de cara a la continuidad del zaguero en
una defensa que hizo agua  en el Clausura 2019, él incluido, pues 11 de los 26 goles que recibió cayeron con el ibérico  en el campo.

Staff Agencia Reforma