Pinche machorra, esto no es para ti!”, “¡Vete a lavar trastes!”, “Eres niña ¿Por qué estás jugando en mi equipo?”.

Fueron algunos de los insultos que recibieron cuando eran niñas muchas de las ahora jugadoras profesionales de la Liga MX Femenil.

Con el tiempo se formaron un caparazón contra los comentarios machistas de los que fueron víctimas en las tribunas y se sobrepusieron en las canchas.

“Como muchas, los insultos por jugar futbol y ser mujer, creo que lo hay en muchos deportes, lo importante es la seguridad y no clavarnos con eso, no engancharnos porque al final es lo que nos gusta hacer, tenemos el apoyo de la gente que está atrás de nosotros y todas hemos pasado por eso y sería un obstáculo muy tonto por el cual detuviéramos un sueño”, comentó a Grupo Reforma la medio de Tigres, Nayeli Rangel.

Sus familias fueron un pilar importante para ellas durante su etapa de formación, pues la única manera en que podían jugar futbol era en equipos de niños.

“En la liga creo que existíamos dos o tres niñas máximo y, obviamente, las mamás de repente se molestan. De los niños no llegué a recibir nada, era más bien de la porra y de gente de afuera como ‘piche machorra, esto no es para ti’, el ‘vete a lavar trastes’, de chiquita sí me pegaba.

“Había partidos en los que salía, me subía al coche y empezaba a llorar con mis papás, me decían ‘no hagas caso, se molestan, es obvio, eres mujer, su hijo no te pudo pasar’, me trataban de animar”, recordó Karla Barrera, excapitana de Cruz Azul.

A la siete veces árbitro mundialista, Quetzalli Alvarado, lo que más le duele es que el insulto provenga de una mujer.

“Porque somos del mismo género, y la típica de los hombres que te mandan a lavar los trastes. Parma Aragón (psicóloga deportiva) me dijo un día: ‘Todo lo que te digan en el terreno de juego es a la Quetzalli profesional, déjalo ahí y sigue’”, contó Alvarado, quien pitó la primera final de la Liga Femenil en el Apertura 2017.

Los insultos ahí estuvieron y forman parte de su pasado, pero ahora su presente es más prometedor que nunca.