Ya sé que la final fue el domingo pero todavía tengo mucha información de la serie por el título que perdió, oootra vez, Cruz Azul.

Les voy a contar la triste historia de la gran ilusión que tenía el plantel de la Máquina por lograr ahora sí el ansiado campeonato liguero. Quizá ustedes se enteraron que a algunos jugadores celestes se les pudo ver una estrella y un 9 pintado en sus manos durante la final del Apertura 2018; pues bueno, acá les paso todo el detalle.

Fíjense que en plena concentración, un día antes, alguien tuvo la ¿original? idea de pintarse con plumones una estrella en la mano y el 9 encima, en alusión al título que buscaba el club.

Pero esa acción fue replicando poco a poco entre el resto no solo de los jugadores, sino incluso entre el cuerpo técnico, hasta el serio Pedro Caixinha se pintó la manopla, y también parte del staff cementero.

Miren nada más cómo estaba de entusiasmado el grupo para ganar la final que nadie quiso llegar al Estadio Azteca sin la estrella pintada.

Pero en cuanto perdieron la Final, los lavabos del vestidor celeste vieron circular agua y jabón como pocas veces, pues muchos de los decepcionados cruzazulinos se encargaron de borrar cualquier rastro de la iniciativa antes de salir por el túnel del Coloso de Santa Úrsula…

Eso sí, no faltó el valiente que aún un día después de la catástrofe cementera, mantuvo la estrella en su mano, como mi Judas celeste que me contó esto.

“Todavía tengo la estrella, mi Sanca, creíamos que era el bueno”.

Pero no lo fue y parece que ni pintándose una estrellita con el número del posible título cambió la gris historia de los 21 años sin título de liga.

El ‘casero’ burlón

Vaya que el domingo la pasó mal y de malas la gente de Cruz Azul tras perder la Final del Apertura 2018 pero de lo que me enteré sobre un incidente ahí enfrente del vestidor cementero de plano me pareció muuuy pasado.

Ya les contaba el otro día que hubo un conato de bronca entre una persona de seguridad del club y un camarógrafo, bueno, pues esto que pasó poco antes de plano hizo sentir como auténtico arrimado al mismísimo Guillermo Álvarez Cuevas, presidente cementero.

Fíjense que el mandamás celeste aguardaba afuera del vestidor para ingresar y charlar con el grupo tras el juego, cuando el director general del Estadio Azteca, Félix Aguirre, pasó por el lugar gritando a todo pulmón “¡Ganaaamos, somos campeones!”, justo por donde esperaba “Billy”, que si de por sí estaba que no lo calentaba ni el sol, pues imagínense al escuchar semejantes muestras de parcialidad de alguien que se encarga de administrar la que también es tu casa, tu cancha…

Mi Juditas celeste me dijo que a la banda de Cruz Azul le pudo caer en el hígado presenciar en semejante momento la falta de diplomacia de Aguirre, de quien al menos esperaban que fuera discreto en el dolor de uno de los equipos que ocupa el inmueble que el administra y además que hubo alguien que por poquito y se le va encima para reclamarle su falta de neutralidad ante la persona que paga su renta puntual cada mes. Afortunadamente, solo hubo unas miradas de pocos amigos y ya… pero el daño ya está hecho y de mí se acuerden cuando haya otro round…

El día que todo cambió

Miguel Herrera le dio todo el mérito del campeonato en sus jugadores, pero no, claro que el Piojo tiene que ver en esta conquista y mucho.

¿Quién lo hubiera imaginado? Una noche clave fue la del 26 de septiembre cuando las Águilas hicieron el ridiculazo al quedar eliminadas de la Copa MX en penales contra un equipo del Ascenso, los Bravos de Juárez.

El “Piojo” se fue cabizbajo del Azteca, rascándose la cabeza, mientras sus jugadores tenían una encerrona en la que se dijeron de todo durante una hora. Al final, salió Agustín Marchesín a decir, por iniciativa propia, que estaban apenados con la afición y con Miguel por no saber retribuirle la confianza.

Después de tremendo papelón, el Piojo se tambaleó en el América.

Y es aquí donde está una de las claves de Herrera, el manejo del vestidor, la capacidad para comprometer al grupo con la causa, el tener mano derecha para corregir y mano izquierda para respaldar…

Y para dejarles bien clarito este punto, ahí les va una anécdota que me tenía bien guardada.

En la Copa Oro 2015, el Piojo hizo un entripado marca “Llorarás” cuando alguien tuvo la súper idea de publicar que los jugadores se reunieron para tenderle la cama. Por supuesto, eso no nunca pasó y lo que sí hubo fue una encerrona para unirse por mejores premios.

Pues bien, mientras algunos seleccionados crearon un famoso hashtag, otros como Paul Aguilar fueron a proponerle a Miguel Herrera subir a una habitación y tomarse una fotografía tendiendo la cama mientras el Piojo los observaba y luego difundirla en redes sociales para pitorrearse de los mentirosos.

Al técnico no le quedó más que reírse por semejante ocurrencia y agradecer el gesto de solidaridad de sus futbolistas, a quienes también terminó por echarse a la bolsa tal y como ahora lo hizo con la plantilla campeona del futbol mexicano.

San Cadilla I Agencia Reforma