Salvador López I Pachuca

Cuántas emociones nos ha regalado la primera fase de la Copa del Mundo! Es por esto que esperamos ansiosos cada cuatro años por un festival de futbol que nos tiene al filo de nuestro asiento por todo un mes. Desde la sorpresiva manita que se comió Arabia Saudita, hasta el balazo que Toni Kroos puso en el ángulo contra Suecia, este Mundial ha estado marcado por la sorpresa, las quinielas arruinadas y los goles de último minuto.

En esta tormenta de futbol, resulta que la Selección Mexicana, a la que muchos daban por muerta a estas alturas del torneo, ha sido una de las sorpresas. Le pegó a Alemania en su debut, en lo que es la victoria más grande de México en la historia de los Mundiales; y más tarde, en pleno desafío a su propia historia, dejó de lado la inconsistencia para vencer a Corea del Sur.

Sin embargo, las cosas nunca son fáciles para el Tri. Ni cuando deberían serlo, como en las eliminatorias, y mucho menos en el escenario más importante del balompié. Con seis puntos, la escuadra mexicana lidera el grupo F y bien podría estar ya clasificado; no obstante, el ya mencionado riflazo de Kroos nos va a tener haciendo cuentas hasta el próximo miércoles, cuando se decida todo ante Suecia.

El colombiano Juan Carlos Osorio encontró la redención cuando más importaba. Las dudas y críticas seguirán, así es la silla en la que se sienta el Predicador; pero es claro que está cerca de hacer historia con el combinado nacional.

En caso de ganar el miércoles, aunque cayera en octavos, firmaría la mejor participación de México en su historia reciente, pues se ubicaría en el top 10 de la clasificación final. Un triunfo le abriría el camino a la selección, pues enfrentaría al segundo del grupo E. Por lo pronto, los de Osorio han mostrado credenciales para darle batalla a cualquiera. Le hicieron 60 minutos de partido para enmarcarse a los campeones defensores y supieron sufrir cuando fue necesario; ante Corea, manejaron con tranquilidad los minutos que duró la resistencia asiática. Y, aunque es verdad que el penal abrió la mar, el Tri estuvo certero para aprovechar sus oportunidades y controlar el trámite del juego.

Por eso hay confianza. Suecia será un rival muy duro y exigirá más que Corea, pero los mexicanos están mostrado un nivel nunca antes visto en este proceso, justo cuando más lo necesitaban. Habrá que sufrir como siempre, como en los últimos 20 minutos ante Alemania o los últimos segundos ante Corea del Sur; pero estoy seguro de que el Tri saldrá avante y tendrá una participación histórica.

Ayer leí un dato interesante. Desde 1958, cada 20 años se corona un nuevo campeón: Brasil lo hizo ese año, Argentina en 1978 y Francia en 1998. ¿Quién lo hará este 2018? Se vale soñar, ojalá que México mantenga la tendencia.