Los Pumas de la UNAM son un equipo de mucha pasión entre su afición, pero con una ideología que no te da campeonatos, con un DT que acaban de echar… ¡y con u presidente al que ya le leyeron la cartilla!
Ayer que estaba aquí en la redacción de Reforma, mi casa, recibí un mensaje que, aún no acababa de escuchar, cuando ya sabía que sería con el que iniciaría la columna.
“Sanca Refo, así me dice mi Judas Puma, por si te sirve: recién ya le leyeron la cartilla a (Rodrigo) Ares de Parga. Que ya fue mucho ruido y cero resultados.
“Le dijeron, palabras más-palabras menos, porque no apunté exacto, que o le va bien con (Bruno) Marioni, o ya adiós”, me contó.
– ¿Tan así de drástico?, le pregunté.
“Sí. Le hicieron ver que en su gestión nomás no se ha logrado nada. Trajo a (Francisco) Palencia y no funcionó; luego a David (Patiño) y pueden decir mil cosas, pero pues nada consiguió, y por eso le dijeron recién que Marioni ya le tiene que dar resultados”.
No me especificó cuánto tiempo le dieron. Obvio que no para este torneo, pues Marioni lo agarró ya armado.
Y es que la ideología del presidente del patronato de fuerzas básicas, de la cantera, de más mexicanos está destinada al fracaso.
Quién en su sano juicio puede decir que con cantera y más mexicanos puede aspirar a quitarle el título al América, a Rayados, a Tigres, a Cruz Azul y a Toluca.
Ya está en desuso ese discurso, esa mentalidad y esa ideología… claro, si se aspira a
ser campeón.
Si con mantenerse está bien, pues a darle, a sacar chavos de la cantera y a navegar en la mediocridad.
PD: “O Marioni funciona, o…”, se la dejaron muy clara.

AGUAS, NICO
Si a Francisco Kikín Fonseca la barra La Rebel le cantó que iban a secuestrarlo cuando cambió a Pumas por Cruz Azul, no quiero imaginar cómo le irá a Nicolás Castillo.
Y fue cierto. Cuando mi amigo Francisco fue a jugar a CU, la Rebel le cantó: “Kiiikín Fonseca te vamos a secuestraaar, Kiiikín Fonseca te vamos a secuestraaar…”. Obvio sólo quedó en eso, pero fue algo sensible, pues no estaba lejana la fecha en que habían liberado a Rubén Omar Romano.
Vayamos a lo de Nico. El chileno le juró amor eterno a los Pumas e, incluso en octubre -cuando le metió gol al Tri en la Corregidora- dijo que volvería encantado al club auriazul, pero salió como esos amantes que mientras le susurran palabras de amor y por la espalda ya le están acariciando la pierna a la otra.
Apunten la fecha: 17 de febrero, 12:00 horas, Estadio Universitario. Y es que sí, en sólo dos semanas se dará el regreso de Nico a CU, pero ahora enfundado en la playera del archirrival.
Si de por sí el partido siempre es de alto riesgo para todo aquel que porte el jersey azulcrema, no quiero imaginar qué retos tendrán las autoridades esa tarde.
Para nadie es un secreto que un sector de la afición de los Pumas es sumamente radical (bestial, diría yo). A ese estadio no puedes ir con la camisa del contrario porque vivirías un martirio.
Como si estuviéramos en la época de las cavernas, te agreden -verbalmente si bien te va- sólo porque no eres de Pumas. Si no te paras a hacer ese ritual con el brazo extendido, no serás bien visto.
Y como ejemplo lo que ocurrió la madrugada del jueves, por ahí de las 1:30 horas, cuando el refuerzo azulcrema Nicolás Benedetti tuvo el infortunio de cruzarse con un seguidor de los auriazules en pleno aeropuerto capitalino.
El fanático de los felinos alcanzó a gritarle que se le borraría esa sonrisita muy pronto, tan pronto como visitaran CU, lo que desconcertó al volante colombiano.
No es broma. Parece que la vida son los Pumas, y si no eres de ellos… ¡aguas!