Los gigantes siguen muriendo en esta Copa del Mundo; ahora Brasil pasó lista.

La verdeamarela cayó 2-1 contra Bélgica, que le está sacando provecho a su generación más brillante y se medirá a Francia por el pase a la final.

Fernandinho, con un autogol al 13´, y Kevin de Bruyne, al 31’ les dieron los goles a los belgas, mientras que Renato Augusto les otorgó esperanza a los suyos al 76’.

El partido en la Arena Kazán vio caer al último equipo americano. El Mundial será para un equipo de Europa por cuarto torneo consecutivo; el último en ganarlo sin ser europeo fue precisamente Brasil, en 2002.

Brasil murió como tenía que hacerlo, pero quizá no en la instancia en que debía.

Ya en la compensación, Neymar prácticamente colocó la pelota en el ángulo superior izquierdo, pero se topó con la figura de Thibaut Courtois, que con la zurda llegó hasta esa zona. Antes, Renato Augusto, con un disparo que coqueteó con el poste derecho, y Philippe Coutinho, con un mal golpeo de la pelota, pudieron darle el empate a Brasil. El duelo, como era previsible, acabó con el portero Alisson intentando rematar en un tiro de esquina.

Cierto es que el primer gol tuvo mucho de accidente, con Gabriel Jesús haciéndole sombra a Fernandinho, a quien la pelota le rebotó en el antebrazo derecho, pero después los belgas hicieron un partido perfecto.

Fernandino y Paulinho nunca supieron cómo quitarle la pelota a Hazard, el de los toques rápidos con De Bruyne, el que con un movimiento de cintura destrozaba a los mediocampistas brasileños y le daba así amplitud al juego. Lukaku y De Bruyne alternaban por derecha o izquierda o incluso bajando para jalar marca.

Y fue precisamente Lukaku el que los hizo pedazos tras un tiro de esquina. Axel Witsel alejó el peligro sin saber que Romelu armaría un letal contragolpe, quitándose de encima a Fernandino, evitando a Paulinho y antes de que salieran los centrales mandó la pelota a De Bruyne, eliminó cuatro brasileños de un plomazo y su compañero guardó la pelota pegada al poste derecho, al 32’.

Neymar, por cierto, ya no perdió tiempo. Brasil le puso gallardía al asunto. La mala suerte lo acompañó al 7´, cuando Thiago Silva estrelló la pelota en el palo derecho al contactarla con el muslo y después Courtois desvió los disparos de Marcelo, Paulinho, y hasta el peligro que provocó su compañero Thomas Meunier, que por poco mete un autogol. Nada pudo hacer en el cabezazo de Renato Augusto al 76’, previo centro de Coutinho, que solo sirvió para ponerle drama a la serie.

Bélgica, que no se cansó de señalar a Brasil como favorito, dio un golpe de autoridad y ahora tendrá prueba de fuego ante Francia, otro de los grandes, en espera de continuar la tendencia en una Copa del Mundo que no sabe de jerarquías.

Edgar Contreras
Agencia Reforma