Fue capaz de algo que muy pocos han logrado: vencer a Rafa Nadal sobre tierra batida, pero el austriaco Dominic Thiem afronta el domingo (13h00 GMT) un reto que parece imposible, derrotarlo ahora en la pista Philippe-Chatrier, en una final de Roland Garros.

Dominic Thiem, en efecto, sabe lo que es vencer a Nadal, lo hizo en más de una ocasión, pero jamás en un Grand Slam.

El estudioso austriaco deberá hallar la fórmula para resolver una ecuación hasta ahora insondable: cómo hacer morder el polvo de ladrillo a Nadal en una final de Roland Garros. De diez finales jugadas, Rafa tiene el mismo número de victorias.

Ganarle un set es ya una proeza, algo que solo el argentino Diego Schwartzman (en cuartos de final de esta edición) ha logrado desde 2015.

Los que se cruzaron en su camino fracasaron en el intento ante un Nadal al que nada parece detener hacia su undécimo Roland Garros… solo 13 años después de su debut en el Grand Slam parisino.

“Dentro de la humildad está el valorar lo que uno ha conseguido. Sé lo que me cuestan las cosas”, afirmó Nadal el jueves tras eliminar a Del Potro.

El sueco Robin Söderling, uno de los dos únicos jugadores, junto a Novak Djokovic, que lo han derrotado en París (2009), se mostró “impresionado por su progreso en el revés”.

“Ha mejorado mucho. Por eso es otra vez número 1 del mundo y vence a todos”, apuntó el argentino Juan Martín del Potro, quien no pudo encontrar grietas en el juego de Nadal el viernes (6-4, 6-1, 6-2).

Thiem es el único jugador que ha derrotado a Rafa en arcilla.

AFP I París