La madurez, la técnica y sobre todo la paciencia que tuvo Joselito Adame hoy en Las Ventas de Madrid le permitió cortar una oreja a su segundo toro de Alcurrucén.
Una faena hecha paso a paso, porque al principio nadie daba nada por el toro que salió suelto, distraído; pero el aguascalentense lo fue metiendo en vereda, encontrando su fondo de nobleza, pese a su mansedumbre.

Tras una estocada entera, y la petición mayoritaria del público, la autoridad le concedió lo que viene siendo la quinta oreja para el mexicano en Las Ventas y con la que dio una vuelta al ruedo;
en la que, como siempre sucede, a algunos, muy pocos, no les convenció la concesión del trofeo.

Su hermano Luis David, que enloqueció a Madrid hace dos días, estuvo en el callejón de Las Ventas y mostró su felicidad ante el triunfo de Joselito.

“Estuvo cumbre. Lo que es estar preparado. Ya había comenzado a doblarse con el toro para prácticamente rematar su faena y algo le vio, y le cortó una oreja que, para uno como torero, tiene una gran valía por cómo se logró”, explicó Luis David entrevistado vía telefónica a la salida de la plaza.

Importante actuación la de Joselito, que ya en su primero lo habían sacado al tercio para reconocer una faena muy sólida, con un astado que inició con embestidas largas y de buen ritmo, pero que se diluyó y ya no permitió ir mucho más.

Pero la variedad de Adame desde con el capote y los muletazos de trazo fino que consiguió fueron valorados por los aficionados y lo sacaron a saludar.
El toro al que le cortó la oreja fue picado por el varilarguero mexicano César Morales, quien esta vez sí pudo lucir en la suerte de varas.

El primer espada Curro Díaz se llevó un lote malo y, aunque él estuvo voluntarioso, sólo pudo eslabonar algunos detalles.

Su primer toro le dio un fortísimo revolcón, del que milagrosamente salió sólo con golpes, tras haber dado una vuelta completa en el aire.
Por su parte el otro alternante, Juan del Álamo, en su primero que fue junto al cuarto de la tarde malo, poco pudo hacer.

Su segundo, el sexto, le permitió hacer algo más, aunque al final se apagó muy pronto. Tardó un poco en doblar y oyó un aviso.

Guillermo Leal I Agencia Reforma