Enfundado en el uniforme de entrenamiento, negro con vivos amarillos y con el número 100 en los dorsales, Cuauhtémoc Blanco apareció en la cancha principal del Nido de Coapa para acaparar las miradas.
Sólo una veintena de aficionados pudo verlo en acción, desde las tribunas, algunos socios águila y otros invitados especiales que alentaban al equipo con porras.
Antes de iniciar con el trabajo físico, Ricardo Peláez, presidente del equipo, reunió al equipo para dirigirles un mensaje y darle la bienvenida al ídolo del americanismo.
Fueron apenas unos minutos y luego, mientras esperaban instrucciones, cruzó algunas palabras con Oribe Peralta.
Participó en el Torito, pero se le veía pesado y lento, aunque nunca se desanimó.
La agilidad de Darío Benedetto y Michael Arroyo contrastaba con su esfuerzo.
Se le vio participar en los piques cortos, pero sólo tocando el balón, sin arriesgarse.
Desde la zona de bancas Peláez observaba el entrenamiento, acompañado de José Romano, el presidente operativo del equipo y principal organizador de los eventos del centenario azulcrema.
Habían pasado 20 minutos del encuentro y Blanco estaba sudoroso, con el esfuerzo reflejado en la piel y en
su rostro.
El interescuadras se realizó a puerta cerrada, en la cancha serían Cuauhtémoc y 10 más, y todo apunta a que vaya en la delantera acompañando a Oribe, dejando en la banca a Darwin Quintero y Darío Benedetto.
El conjunto de Coapa jugó la víspera el partido de vuelta de cuartos de final de la liga de Campeones de Concacaf, por lo que la sesión fue regenerativa y será hoy que los pupilos de Ignacio Ambriz trabajen a marchas forzadas para encarar el encuentro de la fecha nueve del torneo Clausura 2016 de la Liga MX.