Vivir el Xantolo es acercarse a las costumbres de la celebración prehispánica, por lo que también es importante conocer la cotidianidad de los habitantes de la huasteca. La mejor forma de aproximarse es conocer sus casas, sus características y elementos.
Durante la celebración a los muertos, en las casas rurales, elaboradas con zacate rojo, se coloca un altar con arco de flor de palma, y una ofrenda con flores, comida, bebidas, veladoras y figuras de barro.
En estas viviendas elaboradas con una tradición de cientos de años, se utiliza un brasero o fogón donde se colocan ollas y comal de barro para preparar los alimentos, donde las salsas picantes son protagonistas, así como la carne de puerco frita.
En una vara de madera de madera, cerca del fogón, se colocan alimentos como el pilón, carne, cueritos y mazorcas para que se conserven ahumados.
Durante el Xantolo, las ofrendas que inician el 31 de octubre son dirigidas, primero a los niños, por lo que están compuestas, principalmente, con dulces, como tamales o calaveritas azucaradas; para el día 1 al mediodía se coloca la ofrenda para los adultos, donde los alimentos cambian, pues ahora son más picantes, con salsas tradicionales.
Según las costumbres de las familias indígenas de la zona, con características como el altar con arco de flor de palma, comida, bebidas, veladoras según el número de difuntos y figuras de barro.
Este periodo de conexión entre vivos y muertos, incluye a aquellos que por alguna razón no tienen a quien les ofrende un altar, por lo que afuera de la vivienda se coloca un arco para recibir al ánima sola.
Sara Elizondo
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