La administración del Presidente Enrique Peña ha pedido el control financiero y de construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), proyecto que prácticamente ha duplicado su costo, mantiene como privado sus fideicomisos y no estará listo en 2020, acusó ayer el diputado perredista Rafael Hernández Soriano.

El legislador, quien es presidente de la Comisión Especial de Seguimiento a la Construcción del Nuevo Aeropuerto, indicó que el cálculo inicial de la obra fue de 169 mil millones de pesos, hace unos meses la estimación se elevó a 250 mil millones de pesos y actualmente debe rondar los 300 mil millones de pesos.

“Lo que nos lleva a esto, como conclusión, es que el Gobierno federal ha perdido el control financiero y de avance de la obra del nuevo aeropuerto. No sé si por incapacidad, negligencia, pero ha perdido el control de la mayor obra de infraestructura de este sexenio”, dijo.

La Comisión sostuvo ayer una reunión de trabajo en la que presentó un resumen de las observaciones que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha formulado al proyecto en la revisión de las cuentas públicas 2014, 2015 y 2016.

Francisco Javier Vega, director de esa Unidad, indicó que la ASF ha reportado que ha tenido dificultades para fiscalizar los recursos debido a que dos de los tres fideicomisos que concentran el dinero con el que se financia la obra tienen el carácter de privados.

Estos fideicomisos, expuso, son el que concentra los recursos que ingresan vía la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA) y la Fibra E, que son los bonos que el Gobierno mexicano colocó para contratar financiamiento internacional.

“El esquema de financiamiento utilizado en la construcción del NAIM, en el que participan entidades paraestatales y fideicomisos privados, impide que los recursos que ingresan se reconozcan en la hacienda pública y las erogaciones realizadas se registren en la Cuenta Pública”, indicó.

El único fideicomiso que ha podido fiscalizar, informó, es el que se abrió con recursos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).

Vega advirtió sobre un posible mega endeudamiento con el fideicomiso de Fibra E, que no representa deuda pública, y puso como ejemplo lo que pasó con los Pideregas (Proyectos de Infraestructura Productiva de Largo Plazo), que en principio se dijo que eran inversiones rentables y se han convertido en un pasivo que ronda los dos billones de pesos.

Soriano señaló que ésta opacidad es la que no ha permitido saber con exactitud cuánto va a costar finalmente la nueva terminal aérea y acusó al Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, de propiciarla.

Rolando Herrera
Agencia Reforma