El rector prófugo
 
Hace (84) meses
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Extraños manejos de millones en efectivo, desvío de recursos, peculado, un exrector buscado por la justicia, indicios de lavado de dinero, un incendio provocado para eliminar evidencias. Tales son los componentes mafiosos que tienen a la Universidad Autónoma de Nayarit en riesgo de perder su autonomía.

La Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), una de las instituciones educativas de nivel superior más destacadas del país, se encuentra inmersa en una severa crisis institucional: un rector prófugo, millonarios desvíos de recursos e indicios de lavado de dinero ponen en riesgo la educación de 27,063 estudiantes y la autonomía que en la década de 1960 alcanzó esta casa de estudios, cuyos orígenes se remontan a 1925.

Newsweek en Español ha documentado cómo instituciones educativas de nivel superior han sido utilizadas como pantalla para triangular millones del erario hasta cuentas bancarias de particulares. Ahora nuestra investigación se centra en el caso de la UAN, identificada por la ANUIES como uno de los centros educativos más importantes del centro occidente de México, pero que se ha convertido en escenario de un thriller criminal.

Esta trama ocurre en la Ciudad de la Cultura Amado Nervo, el campus que tiene matriculados estudiantes de bachillerato, licenciatura y posgrado, incluidos varios que forman parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y de cuyas aulas han egresado miembros de los poderes Legislativo y Judicial de Nayarit, o el exgobernador Ney González Sánchez y su sucesor, Roberto Sandoval González.

Juan López Salazar, un contador público formado en estas mismas filas, asumió la rectoría el 9 de junio de 2010, y permaneció en el cargo hasta el 8 de junio de 2016. La suya fue una administración que tuvo a la UAN en profunda crisis económica y, en contraste, se hizo costumbre que junto con su esposa, Georgina del Rocío Gómez Estrada, hiciera vida de socialité: él como rector, ella como presidenta del voluntariado de la UAN.

En los estados, los rectores de las universidades públicas suelen ser amigos, compadres o o gente muy allegada a los gobernadores. Influir en las universidades es una manera que tienen los jefes del Ejecutivo de controlar también grupos políticos y la posible oposición, por encima de la autonomía que por ley tienen algunas universidades. Juan López no fue la excepción, recibió el abrazo de Ney González Sánchez, igual que de su sucesor, Roberto Sandoval Castañeda.

El 9 de junio de 2010, cuando asumió la rectoría, en el Teatro del Pueblo “Alí Chumacero” se dio cita la élite política local. En las primeras filas se veía al exgobernador Julián Gascón Mercado (1963-1969), en cuyo gobierno la UAN se constituyó como tal; escuchaba antento el elogioso discurso que de López hacía el gobernador Ney González.

“Es, en primer lugar, mi deseo de felicitarlos en tiempos de tanto encono político, en tiempos en que los políticos nos metemos hasta en lo que no nos debemos meter, tiempos muy difíciles de los que todos somos testigos generacionales y la Universidad Autónoma de Nayarit ha logrado salir con humildad, salir fortalecidos y eso es mi primer reconocimiento para todas y todos quienes son integrantes del Consejo General Universitario… felicidades a los líderes de los sectores, felicidades a quienes los representan y felicito al nuevo rector con quien tendré el honor de cumplir el reto de consolidar las metas que ya nos hemos trazado y trazar nuevas metas”, dijo el gobernador.

Para esos momentos la UAN pesentaba rezagos financieros —parte de ellos consecuencia del lastre federal que afecta al sector educativo—, como una nómina inflada con aviadores en las estructuras administrativas y académicas que terminarían agravándose en la rectoría de López con implicaciones delictivas.

OPULENCIA Y CRISIS

Algunos académicos reclamaban transparencia de las finanzas, pero se topaban con oídos sordos, omisos o cómplices. López por su parte recibía el visto bueno de políticos, funcionarios estatales, de las dirigencias del Sindicato de Empleados y Trabajadores de la UAN (SETUAN), del Sindicato de Personal Académico de la UAN (SPAUAN), y hasta de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUAN), convidados todos y gozosos de cuanta comilona y evento social organizaba junto con su esposa.

La pareja se hacía fotografiar en revistas de sociales, organizaban concursos de belleza, desayunos, comidas, inauguraban eventos ostentosos con música en vivo, rifas de pantallas y múltiples obsequios; traían a Tepic a mediáticos conferencistas de televisión para que hablaran de superación personal.

“Juan López ha sido para el gobierno del estado un gran respaldo para seguir caminando por el bien de los universitarios y los nayaritas, no hay nada más importante que construir el presente y futuro académico”, decía el gobernador Roberto Sandoval, invitado principal en el Cuarto Informe del rector, el 11 de julio de 2014, en la Biblioteca Magna de la Ciudad de la Cultura.

“Avanzamos con resultados”, era el lema de López pese a que la UAN se hundía cada vez más en la crisis financiera, a medida que también su nómina de aviadores crecía, más los fondos federales que le adeudaba el gobierno local.

Durante la presentación de aquel informe, por ejemplo, el gobernador prometió que en tres años se podría cubrir todo el ingreso que se le adeudaba a la universidad, “y el rector, con ello, podría reprogramar las obras pendientes y satisfacer las necesidades que hay en las aulas”.

Sandoval aseguraba que se tendría un campus más grande y que ningún estudiante quedaría sin universidad. “Unidos cumpliremos con muchos retos, porque a la universidad se le habla con hechos y resultados. Por eso, del presupuesto de 2011 al 2014 existe un incremento del 30 por ciento del gobierno a la UAN”.

Más allá de los discursos no se veía una solución concreta, ni tampoco se habían atendido los reclamos de los académicos de que a López se le debían revisar las cuentas. Para diciembre de ese año muchos trabajadores no recibieron aguinaldo y la situación se tornó más tensa. Sorpresivamente, en 2015 algunos salarios rezagados se pagaron y también hubo aguinaldos, pero el Consejo Universitario no preguntó al rector de dónde había ingresado dinero. O al menos ahora, integrantes de ese Consejo dicen a Newsweek en Español que “nunca supieron”.

Juan López Salazar asumió la rectoría el 9 de junio de 2010, y permaneció en el cargo hasta el 8 de junio de 2016. La suya fue una administración que tuvo a la UAN en una profunda crisis económica. Foto: Hugo Cervantes.

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