Desde el primer anzuelo que lanzó en 1993 el exgobernador Jesús Murillo Karam (1993-1998) por atraer una terminal aérea internacional a Hidalgo ha transcurrido un cuarto de siglo sin que se concrete este anhelo que –se creía– detonaría económicamente no solo a la región de Tizayuca, sino a la zona centro de la entidad.
Durante esos 25 años, los tres exmandatarios estatales que sucedieron al extitular de la desaparecida Procuraduría General de la República (PGR) diseñaron sus propios proyectos y estrategias para convencer al gobierno federal, que –ni con compromisos “firmados” ante notario– ha palomeado a Hidalgo para aterrizar una terminal aérea que desahogue la carga de pasajeros del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
En 2005, durante la última etapa de su mandato, el exgobernador Manuel Ángel Núñez Soto (1999-2005) presentó el proyecto Aerópolis, a desarrollarse en el Valle de Tizayuca y que, estimó entonces, atraería a 250 empresas y generaría 300 mil empleos.
El plan contemplaba una ciudad de más de un millón de habitantes, que contribuiría a ordenar el crecimiento de la zona metropolitana de la capital del país.
Incluso se presumió la instalación del primer tecnopolo de América Latina, un proyecto “que recuperará para México la vanguardia en la construcción de nuevas opciones económicas”, afirmó entonces Núñez Soto, quien además ofreció un parque de diversiones similar a Disneylandia.
Agregó que se realizaría en una reserva territorial de 2 mil 110 hectáreas, compradas a ejidatarios de Zapotlán mediante un crédito que adquirió el gobierno del estado por 2 mil 400 millones de pesos.
Sin embargo, en la transacción de esas tierras, Criterio documentó historias de presión y engaño contra ejidatarios para que vendieran sus predios por entre 15 y 49 pesos el metro cuadrado; incluso se registraron canjes por borregos y placas de taxi sin títulos de concesión, encubiertos como proyectos productivos, así como promesas de empleo.
Al final, el gobierno del expresidente panista Vicente Fox Quezada (2000-2006) decidió no conceder el proyecto a Hidalgo.
Dos años después, en marzo de 2007, el exgobernador Miguel Ángel Osorio Chong (2005-2011) revivió –durante la administración federal de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012)– el interés de Hidalgo por contar con una terminal aérea alterna a la de la Ciudad de México y presentó el proyecto Platah, que contemplaba un desarrollo urbano de 300 mil viviendas para albergar a 1 millón 200 mil personas, en 20 años, así como la terminal área, la cual tampoco fue concretada.
Además, el extitular del Ejecutivo federal Enrique Peña Nieto (2012-2018), el 20 de mayo de 2012, durante su campaña presidencial, en el mandato de Francisco Olvera Ruiz (2011-2016), firmó en la plaza de toros Vicente Segura, en Pachuca, el compromiso de liberar la concesión aérea a la entidad.
A pesar de que el proyecto fue signado ante notario público, la administración peñanietista optó por iniciar la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco y –como ironía– nombró como primer responsable del desarrollo al exgobernador de Hidalgo Manuel Ángel Núñez Soto.
COQUETEAN PROPUESTA
En un acto público, el 25 de julio de 2007, Osorio Chong fue ilusionado por el exsecretario de Comunicaciones y Transportes del gobierno de Felipe Calderón, Luis Téllez
El exfuncionario federal anunció que, dentro de la solución al problema aeroportuario y de tráfico aéreo del centro de la república, finalmente se concesionaría la construcción de un aeropuerto en Tizayuca
Para justificarlo, Téllez enlistó su conexión con el proyecto carretero Arco Norte y otras vías de comunicación, pero el proyecto no se concretó
Emmanuel Rincón | Pachuca
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