Crisis de asilados causa inquietud y controversia
 
Hace (98) meses
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El ambiente político en Alemania es actualmente de gran inquietud y controversia debido a que la canciller federal, Angela Merkel, se ha negado a fijar un tope en el número de refugiados que puede recibir el país en un determinado lapso.

No solamente hay un debate en los partidos que tienen fracción legislativa en el Parlamento, sino también entre los grupos políticos radicales de extrema derecha.
La coyuntura actual le ha dado mucha fuerza a la extrema derecha porque está ofreciendo un “hogar” a quienes están descontentos con la canciller federal, una tendencia que va en aumento.
En muchos lados, tanto en el sector político como entre la población, se analiza cada gesto y cada palabra de la jefa del gobierno alemán, y se especulan toda clase de teorías sobre su comportamiento, que para la mayoría se ha vuelto un enigma.
El semanario alemán de investigación periodística Spiegel muestra en su edición de esta semana un retrato en close up de Merkel, que empieza a perder los colores y a derretirse. La atención en el país está centrada en ella y muchos cuestionan su posición.
El título en la portada de Spiegel es “La Solitaria. Lo que motiva a Angela Merkel. Y a donde conduce”. El semanario dedicó 20 páginas para abordar el tema Merkel. Lo que sucede en gran medida es que la canciller federal ha dejado de ser la política previsible y siempre interesada en la opinión pública.
En la crisis de los refugiados se mantiene fiel a la posición que definió desde un principio: recibir a los refugiados que llegan a Alemania procedentes de países en guerra, principalmente de Siria. Sin embargo, están llegando muchos más de los que se esperaba.
Las cifras que se manejan a nivel oficial fluctúan entre 800 mil y 1.2 millones de refugiados en el 2015.
Los partidos políticos y sus variadas corrientes internas se plantean desde si Merkel perdió su brújula interna y lleva al país a la deriva, hasta a asegurar que es una cuestión de principios y de convencimiento personal.
Wolfgang Bosbach, prominente personalidad del partido Unión Demócrata Cristiana (CDU), del que Merkel es presidenta, concluyó hoy al hablar ante la prensa extranjera en Berlín que su impresión personal, después de hablar dos veces en privado con ella, es que está convencida de que lo que está haciendo es lo correcto. Una cuestión de principios personales.
Bosbach es un caso especial en la escena política alemana, porque después de haber sido vicerpresidente de la Fracción parlamentaria de la CDU en el Bundestag, y presidente del Comité parlamentario del Interior, decidió a fines del año pasado dejar sus puestos para poder opinar con libertad sin sujetarse a la disciplina de partido.
Semejante postura es impensable en la mayoría de los políticos alemanes pero en Bosbach juega un papel un factor especial: está enfermo de cáncer, aunque su vitalidad y continuas apariciones para hacer declaraciones a los medios de prensa no reflejan su enfermedad.
Ésta, sin embargo, le ha dado la libertad con que no cuentan los políticos que quieren hacer carrera. En contraste, Bosbach ha ganado en credibilidad ante la opinión pública alemana porque ya se deshizo de los amarres de los intereses personales.
Sigue perteneciendo a la CDU, tiene trato con las élites políticas, y es un convencido de su partido y apoya la posición de Merkel, pero destaca los límites que tiene el país para poder seguir con un rumbo así.
Subrayó este lunes en el Centro de Prensa en Berlín que muchos alcaldes, representantes municipales, jefes de partido en los diversos circuitos electorales están planteando que Alemania no puede acoger e integrar a un flujo indefinido de refugiados, que no cesa de llegar al país.
Se están agotando las capacidades para crear alojamientos para los refugiados. En muchos casos se están utilizando planteles, gimnasios, edificios públicos, escuelas, y la preocupación de los funcionarios públicos en puestos de representanción popular va en aumento.
Incluso se habla de confiscar las viviendas que estén sin inquilino.
Bosbach puso de relieve que mucho del trabajo que se está haciendo actualmente en Alemania para proveer a los refugiados de techo firme que los proteja del invierno, servicio médico, alimentación, ropa y muchos artículos necesarios para la vida cotidiana, lo llevan a cabo ciudadanos alemanes que se organizan por sí mismos en conjunto ante las dimensiones del flujo de refugiados.
A ello se añade la demanda de la izquierda parlamentaria, que es una mayoría estable, de que no se mutilen las posibilidades legales de los refugiados ante la ley alemana para obtener asilo. A esa corriente política de izquierda, de diferentes coloraturas, pertenece el Partido Socialdemócrata, los Verdes y La Izquierda.
El resultado en la realidad cotidiana es una montaña creciente de solicitudes de asilo político sin resolver, al mismo tiempo que siguen llegando cada vez mas refugiados de países en guerra y de ciudadanos de países donde hay mucha pobreza: Medio Oriente, Norte de África, los países de los Balcanes.
El número incluso va a aumentar, de acuerdo al análisis de Bosbach, porque las condiciones climáticas del invierno han disminuído el flujo que llega a Alemania cada día, que es de por lo menos dos mil refugiados diarios. Con la primavera, se incrementará el éxodo.

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